Testimonio
«Una bala disparada por un estadounidense destruyó mi vida»
Fatima Razak no necesita leer lo publicado por Wikileaks para ser consciente de las heridas de la ocupación de EEUU en Irak; las lleva marcadas en su rostro.
No cabe duda de que los miles de documentos publicados por Wikileaks van a traer mucha cola a consecuencia del gran eco internacional que han suscitado. Los iraquíes, sin embargo, no ven más que un reflejo de la que ha sido su trágica rutina. Cada día Fatima Razak, profesora de inglés de 42 años, recuerda la terrible mañana del año 2007 en la que una bala disparada por un soldado estadounidense destruyó su vida.
Bloqueada en un embotellamiento causado por uno de los numerosos retenes de control -también conocidos como checkpoints, su forma en inglés- montados por el Ejército estadounidense tras la invasión de 2003, Fatima Razak esperaba el momento de continuar con su ruta como centenares de otros automovilistas.
Como cada día temía al estallido de un coche-bomba conducido por kamikazes, a los convoyes estadounidenses aplastando todo lo que se ponía en su camino o a los soldados de Estados Unidos en facción listos para disparar sobre cualquiera que les pareciera sospechoso.
«Un vehículo militar estadounidense se acercó al retén de control. Uno de sus ocupantes disparó sin ninguna razón aparente que lo justificara, y una bala me alcanzó en el rostro», recuerda en diálogo con AFP mostrando con el dedo la cicatriz que la desfiguró, de la boca a una oreja.
«No sé cómo me puedo ver en el espejo. Soy una mujer, tengo un marido y un hijo», se lamenta. Anwar FARUQI (AFP)
