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Presentación del Giro 2011

Muestrario de montañas en el 150 aniversario de Italia

La carrera transalpina ascenderá el Etna por tercera vez, y pasará por monstruos como Zoncolan, Finestre o Grossglockner, en los Alpes austríacos. Las cronos de inicio y final de Turín y Milán ponen el contrapunto.

GARA | ROMA

La 94ª edición del Giro, a celebrarse entre el 7 y el 29 de mayo de 2011, busca conmemorar los 150 años de la nación italiana tal y como la conocemos. Para tal efecto, la organización de la prueba transalpina ha preparado un auténtico muestrario de montañas que sólo nombrarlas causa un efecto a caballo entre la admiración y el pánico: el volcán Etna de Sicilia, Zoncolan, Marmolada, Finestre o Grossglockner, en los Alpes austríacos, la segunda montaña más alta de esta cordillera.

Curiosamente, hay que decir que la Corsa rosa empieza y acaba en dos pruebas llanas contra el crono: 21,5 kilómetros en Turín y casi 33 en Milán. Asimismo, al igual que en la edición de 2010, los corredores tendrán una tercera prueba contra el reloj: una cronoescalada de 12,7 kilómetros entre Belluno y Nevegal, el próximo 24 de mayo.

Turín, capital del Piamonte, y ciudad clave para la reunificación italiana en 1861, verá el inicio de la ronda transalpina el día 7 de mayo, tras el cual la carrera empezará a bajar por el territorio de la península Itálica, siguiendo el rastro de Garibaldi, hasta llegar al sur y pasar a la isla de Sicilia. No obstante, antes, el Giro 2011 repetirá en la quinta etapa en los peligrosos tramos sterratos -sin asfaltar-, camino de Orvieto.

En la novena jornada, el 15 de mayo, se abordará la escalada del Etna en una etapa de 159 kilómetros que terminará a 1.904 metros de altitud, en el Refugio Sapienza. Tras las ascensiones de 1967 y 1989, será ésta la tercera vez que el volcán más activo de Europa viva un final de etapa.

Suplicio montañero

Tras esta jornada, los ciclistas disfrutarán de su primer día de asueto. Pero tendrán que andarse con mucho ojo, porque si se descuidan las etapas que vienen los pueden hacer picadillo. Y es que el Giro 2011, a cuya organización de un tiempo a esta parte gusta de concentrar la mayor parte de la montaña en la última semana, guarda unos días finales que serán un auténtico suplicio.

Tras volver a la península, la carrera subirá al norte y llegará a pasar por los Alpes austríacos, los días 20 y 21 de mayo, en los que se incluye la escalada del Grossglockner, la segunda montaña más alta de esta cordillera europea. Al día siguiente, en la decimocuarta etapa, el Giro volverá a la meta que cimentó el triunfo de Ivan Basso en 2010: la porta del inferno; es decir, el monte Zoncolan.

Desde ahí se recorrerá el norte montañoso italiano, donde la etapa estrella será, sin duda, la penúltima, que va desde Verbania hasta Sestriere; un total de 242 kilómetros en los que se supera otro monstruo del tamaño de Finestre, en el que aún resuenan los latigazos de Danilo Di Luca y el penar de un Paolo Savoldelli que al final mantendría la maglia rosa del Giro 2005.

Con todo el cansancio de la montaña en las piernas, el último día, el 29 de mayo, acabará el Giro 2011 al estilo de las dos últimas ediciones: con una contrarreloj individual llana. La ronda italiana recupera Milán como punto final con una crono de 32,8 kilómetros que tendrá salida y meta en la capital lombarda y en el que, definitivamente, se verá quién toma el relevo de Ivan Basso, ganador de la anterior edición.

La Corsa rosa del año que viene será, por otra parte, una de las carreras más cortas de un recorrido que cuenta con la Feltre-Sondrio (noreste de Italia) como etapa más larga (246 km).

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