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El último oso autóctono del Pirineo

Sostienen que Camille y Aspe son el mismo oso y dan por cierta su muerte

Camille y Aspe son el mismo oso. O más bien «eran», porque se le da por muerto. A pesar de las labores de búsqueda, no aparecen pelos, heces ni huellas de este animal, y tampoco ha sido fotografiado con las cámaras automáticas instaladas en los lugares habituales de paso. El último oso autóctono del Pirineo ha desaparecido.

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Iñaki VIGOR | IRUÑEA

El rumor de que Camille había muerto ya llevaba un tiempo circulando de boca en boca, pero no trascendió a los medios de comunicación hasta que Ecologistas en Acción de Aragón lo hizo público hace un par de semanas. Desde entonces, tampoco ha habido novedad. No hay ni un solo indicio de que siga con vida.

«No se ha encontrado muerto, pero está claro que el animal ya no vive. No se han hallado pelos, heces, ni huellas. ¡Ojalá no esté muerto, pero nos tememos que sí!», comenta Chesús Ferrer, el coordinador de Ecologistas en Acción de Aragón.

Esa misma sensación la tienen personas que suelen hacer seguimiento de osos en Nafarroa, aunque mientras no aparezca el cadáver, siguen aferrándose a la esperanza. «Es eviden- te que Camille ya no está en el Valle de Erronkari, y lo más seguro es que haya muerto. El año pasado -recuerda uno de estos expertos- su comportamiento ya fue bastante extraño».

En el verano de 2009 se supo que Camille había atacado a una oveja en un paraje de Erronkaribar y se la estaba comiendo a las 11,30 de la mañana, y en otoño fue captado en un pastizal comiéndose a un jabalí en el término municipal de Ansó, muy cerca de la muga con Nafarroa. En esa última ocasión también se dejó ver a plena luz del día, en torno a las 10.30 de la mañana, lo cual no es un comportamiento normal. Todo ello, unido a la calvicie de sus cuartos traseros y a que se le había visto muy debilitado, hace pensar que superó el último invierno pero luego ya no pudo recuperarse.

En Grenoble y en Madrid

Chesús Ferrer está convencido de que Camille y Aspe son en realidad el mismo ejemplar, a pesar de que desde 1998 se ha venido pensando que son dos animales distintos. El error, según explica este ecologista, ha estado motivado por el hecho de que los pelos y heces de este oso se enviaban a analizar a distintos laboratorios, concretamente a Grenoble y al Museo de Ciencias de Madrid, y a que nunca se habían coordinado entre ellos.

«Ahora se han puesto en común los datos de los laboratorios de ambos lados de la frontera y se sabe con seguridad que se trata del mismo ejemplar. Además, coincide que de Aspe tampoco hay indicios desde el pasado mes de febrero», informa el portavoz de Ecologistas en Acción de Aragón.

Fueron los franceses quienes en 1998 aseguraron que Camille era un oso autóctono distinto a Aspe, y se suponía que éste era unos diez años más joven. Para entonces ya se sabía con seguridad que entre los últimos osos autóctonos había una elevada consanguinidad, que la endogamia había sido inevitable debido a los pocos ejemplares vivos y que el ADN entre ellos era muy parecido. Fueron los propios franceses los primeros en difundir que Aspe y Camille son en realidad el mismo ejemplar, lo que significaría que el error que cometieron en 1998 se ha mantenido vigente durante varios años.

No obstante, la polémica no está cerrada. En Nafarroa hay expertos que siguen pensando que Camille y Aspe son dos animales diferentes, y que, dada la consanguinidad entre los osos del Pirineo occidental, quizás los laboratorios de Grenoble y Madrid no han podido encontrar suficientes diferencias genéticas entre ambos ejemplares.

«Además, una vez que se consiguen las muestras de ADN, los laboratorios utilizan técnicas distintas para analizarlas. Eso significa que los datos no son extrapolables», explica uno de estos expertos.

Avistamiento dudoso en Irati

Los indicios sobre Camille han ido disminuyendo desde que fue fotografiado en otoño de 2009 por guardas del Gobierno de Aragón en la zona de Ansó. Las imágenes mostraban a un oso viejo, con el culo pelado, comiéndose un jabalí, y llamó la atención porque no se movió de la zona en mucho tiempo. La última foto de Camille, obtenida el 5 de febrero con una cámara automática, también fue obtenida en la zona de Ansó, cerca del río Veral. En ella aparece con los traseros pelados y muy envejecido. Pocos días después, un conductor avistó en aquella misma zona un oso delante de su coche, pero no tenía el trasero pelado. Todo apunta a que se trataba de Neré.

A mediados de febrero también se encontraron huellas de un oso en Nafarroa, por el terreno habitual de campeo en Erronkaribar, y tenían el tamaño de las garras de Camille. Sin embargo, en primavera ya no se encontró ningún rastro de él, y no hubo ningún ataque en territorio navarro. Tampoco se recogieron rastros en Aragón, hasta que el 18 de junio se logró una fotografía que parece corresponder a Neré.

Ese mismo mes se encontró una huella de oso en Nafarroa, pero el terreno estaba seco y no se pudo sacar ninguna conclusión segura. Desde la primavera hasta ahora se han producido en territorio navarro una decena de ataques de oso. En los meses de verano hubo varios cerca de la sierra de Ezkaurre, pero el terreno estaba tan seco que no se pudo encontrar ninguna huella. Con la llegada de las lluvias se hallaron algunas bastante nítidas, pero todas eran de Neré.

El pasado mes de setiembre también hubo un posible avistamiento de oso en el lado navarro de la selva de Irati. Un hombre de nacionalidad francesa comunicó que había visto un ejemplar en una zona próxima al bosque, durante unos pocos segundos. Esa posibilidad se está investigando, pero todavía no ha podido confirmarse.

A lo largo de las últimas semanas se ha reforzado el rastreo de osos en Nafarroa, Aragón y Bearne. Se han escudriñado los lugares habituales de estancia de estos plantígrados, sus zonas de refugio, los caminos y fuentes que frecuentaba, y finalmente se han hallado indicios seguros. Se trata de encames con pelos y excrementos, pero habrá que esperar a los análisis del ADN para saber si se trata de Camille o de Neré.

Mientras no haya una confirmación clara por parte de los laboratorios, lo cierto es que sobre Camille no se ha encontrado ni un solo rastro en los últimos ocho meses y medio, algo que no sucedía desde que se tuvieron las primeras noticias de su presencia en el Pirineo vasco.

La Administración, «pasiva»

«Eso significa que estamos viviendo un hecho histórico. Nosotros somos testigos de la desaparición del último oso autóctono pirenaico. Los ejemplares eslovenos que se están reintroduciendo en el Pirineo central no son una subespecie diferente -recuerda un experto-, pero la realidad es que nos ha tocado conocer la extinción del oso pardo que ha poblado nuestros bosques durante siglos y siglos».

«¿Qué importa que haya dos o tres ejemplares, si todos son machos? Si no hay hembras, la especie se acaba», constata otro gran conocedor de los osos pirenaicos.

¿Y por qué se ha llegado a esta situación? Chesús Ferrer lo ve claro. «Ha habido diferentes factores, pero el oso autóctono ha desaparecido por una falta evidente de voluntad política. Hace varios años el Gobierno francés decidió reforzar la población de osos como única solución que existía, y sigue existiendo, para que esta especie pueda subsistir, pero no ha ocurrido así en el Estado español. Ninguna administración, ni siquiera las autonómicas, ha hecho nada por proteger la especie. Han sido totalmente pasivas, e incluso en algunos momentos han puesto trabas»

«Cuando comenzó la reintroducción de ejemplares eslovenos en el Pirineo central, la única población que subsistía de osos autóctonos en toda la cordillera era la occidental, pero ha sido precisamente en esta zona donde no ha habido reintroducción de hembras», lamenta el coordinador de Ecologistas en Acción de Aragón.

El mítico Papillón fue desplazado por Neré antes de morir de viejo

Papillón fue un oso mítico que dominó durante casi tres décadas el macizo de Sesques, entre los valles de Aspe y Ossau. Hasta el año 2000 él era el más fuerte, el único que se apareaba con Canelle, la última hembra autóctona de toda la cordillera. Pero la llegada de un macho más joven que él, un ejemplar esloveno de nombre Neré, obligó a Papillón a abandonar sus zonas habituales de campeo y desplazarse hasta Luz-Saint Sauveur. Allí se alimentó de bellotas de roble y realizó ataques a ovejas, lo que le creó enemistades con los ganaderos.

En abril de 2004, cuando ya se encontraba muy debilitado, fue capturado vivo. Hasta aquel momento no se supo que se trataba del gran macho procedente del Valle de Aspe, y tampoco se sabía que padecía cataratas en un ojo y tenía la dentadura prácticamente destrozada a causa de una infección. Ese mismo mes de abril le colocaron un collar emisor para controlar sus pasos. Apenas tres meses después, el día 25 de julio, fue encontrado muerto de puro viejo.

Ahora hay quien cree que aquel comportamiento de Papillón en sus últimos años de vida se podría haber repetido en el caso de Camille, que habría sido desplazado por Neré. ¿Podría ser el oso avistado en Irati? Todavía no se sabe. Pero sí hay evidencias de que el gran macho esloveno, que fue padre de Canelito tras cruzarse con Canelle, hace incursiones por las zonas en que se movía Camille.

Curiosamente, hay quienes en los últimos años se han mostrado contrarios a esta especie, y ahora que no tiene remedio, aparecen como defensores del oso autóctono pirenaico. Como dice el refrán, «después de muerto el burro, cebada al rabo». I.V.

VARIOS INDICIOS

En los últimos días se han hallado varios indicios de oso en el Pirineo navarro-oscense. Los análisis de ADN dirán si corresponden a Camile o son de Neré.

LARGA AGONÍA

El oso autóctono del Pirineo ha vivido una larga agonía. En julio de 2004 murió de viejo el gran macho Papillón y en noviembre de ese año fue abatida a tiros la última hembra autóctona, Canelle. Su hijo Canelito es fruto de su cruce con Neré, el macho esloveno que desplazó a Papillón del Valle de Aspe.

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