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Sufrida victoria en Granada

Barac empieza a ganar respeto

Con el pívot croata de referencia, al Baskonia le bastaron cinco minutos para ganar un partido en el que siempre fue a remolque.

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CB GRANADA 81

C. LABORAL BASKONIA 85

Jon ORMAZABAL

El respeto de los demás y la confianza que el propio Stanko Barac está empezando a generarse ha sido una de las mejores noticias de una semana en la que el Baskonia ha cerrado inmaculadamente, por mucho que la contundencia quizá no haya sido la debida. En una fase de la temporada extremadamente peligrosa por la acumulación de acontecimientos, el pívot croata ha comenzado a colgarse los galones que se le presumen al que debe ser la referencia interior baskonista y su segunda parte de ayer en Granada, aprovechando su superioridad física, fue clave en la remontada azulgrana, que en el último cuarto le dio la vuelta a un 70-60.

Jugar de tú a tú ante Tim Duncan parece haber cargado las pilas de la confianza del pívot croata, que ya ante Maccabi comenzó a mandar en las zonas y que ayer, con sus 14 puntos y 14 rebotes, pero sobre todo siendo referencia en todos los ataques, empezó a ejercer de Splitter, ya fuera anotando o generando espacios para los triples de Teletovic, Logan y Oleson, vitales a la hora de remontar un choque muy complicado.

Como les sucede a todos los equipos, más si han perdido al eje de todos sus esquemas, el Baskonia tiene todavía demasiados altibajos en su juego, lo que pudo costarle muy caro en su visita a un Granada con mucho mayor potencial que las cuatro derrotas que ha almacenado en su casillero hasta ahora.

De esta manera, el desarrollo del partido en el parqué nazarí fue diametralmente opuesto al del pasado jueves ante el Maccabi en Zurbano, con una puesta en escena muy deficiente, que fue salvada con el paso adelante dado en la segunda parte, sobre todo en los últimos cinco minutos por, al margen de Stanko Barac, jugadores como Marcelinho Huertas, Brad Oleson y hasta un Nemanja Bjelica que tuvo sus minutos importantes en torno al descanso.

Con dos caras

El partido arrancó con un Baskonia muy lento y espeso, sin intensidad defensiva y sin tener nada claras las ideas. Pese a sus cinco primeros puntos consecutivos, Logan no tuvo su día y Marcelinho tampoco acertó a llevar el timón. Sólo el coraje de San Emeterio y Martin Rancik permitió que la ventaja del equipo de Trifon Poch, con Kurz de estilete, fuera mínima al término del primer cuarto (19-18).

La hecatombe llegó en el segundo parcial, en el que el Granada aprovechó la mala defensa exterior azulgrana para abrir hueco en el marcador. El andaluz es un equipo que carga mucho su juego en el tiro exterior y Stefansson e Ingles no perdieron la oportunidad que les brindaron los arabarras para engordar sus porcentajes, siempre mucho mejores cuando sus pares no los atosigan. Las sensaciones al descanso fueron incluso peores al 44-32 que mostraba el marcador.

El panorama comenzó a cambiar tras el descanso, con Bjelica prendiendo la mecha, con un Baskonia mucho más intenso, pero al que sus continuos despistes defensivos, principalmente en las penetraciones, no le permitieron rebajar la renta todo lo que hubieran querido.

Así las cosas, tras un amago de acercamiento, los gasteiztarras tuvieron que hacer frente a un -10 y a la amenaza de un Korolev que le ganaba constantemente la línea de fondo a Teletovic. Afortunadamente, Barac ejerció de eje en ambas zonas, jugó e hizo jugar a sus compañeros y el Baskonia impuso su mayor calidad y poso en los momentos calientes.

Pasos adelante

Al margen de Barac, Marcelinho Huertas, perdido en todo el primer tiempo, e incluso Nemanja Bjelica dieron un paso adelante insuficiente pero importante tras el descanso.

Dos caras

El desarrollo del partido fue absolutamente antagónico al del jueves ante el Maccabi, con un comienzo muy deficiente que se pudo arreglar en los últimos cinco minutos.

Dusko Ivanovic: «Quien quiere ser campeón no es humano normal»

La rueda de prensa post partido ayer en Granada dejó una frase de esas que describen a la perfección el ideario baloncestístico de Dusko Ivanovic. El técnico montenegrino trataba de recalcar que a su equipo le falta esa continuidad en su juego y en su intensidad que le hizo campeón la pasada temporada y lo hizo de forma muy clara, dejando una de esas perlas que suelta de vez en cuando. «Siempre digo que los jugadores son humanos, y a veces juegas un partido bien y te piensas que eres mejor. Pero quien quiere ser campeón, no es humano normal, nunca se relaja, siempre juega al 100% y todavía no tenemos esto», señaló.

Más centrado en lo que fue el partido de ayer, Ivanovic destacó el buen trabajo del equipo local y vio una gran diferencia en los suyos entre el primer y el segundo tiempo. «Es una victoria importante en un campo muy difícil, por lo que felicito a mis jugadores y también al Granada, que ha hecho un muy buen partido. Ha demostrado que es un muy buen equipo, con muchos recursos, y hemos tenido muchos problemas durante casi 35 minutos, porque ellos han jugado bien y porque nosotros en los primeros 20 minutos no parecíamos el equipo que yo quiero, como nos estamos preparando para jugar. Nos faltaba intensidad, sobre todo en la parte defensiva», señaló. «Pese a los 5 puntos en los primeros dos ataques seguidos, no atacamos bien, no era juego de equipo, algo que en el segundo tiempo sí tuvimos», agregó.

En el plano individual, se le mencionó la mejoría sufrida por Marcelinho tras el descanso. «Ha jugado mucho mejor que en la primera mitad, pero todavía está lejos del nivel que puede jugar». GARA

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