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Crónica | Elecciones de mitad de mandato en EEUU

En el Medio Oeste, los electores esperan que la economía resurja

Ventanas tapiadas y tiendas vacías: La prosperidad no es más que un recuerdo para los habitantes de Elkhart, en el corazón del Medio Oeste estadounidense. Sólo esperan una cosa de las legislativas de noviembre: Que los electos encarrilen la economía.

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M. OBERMAN-E. PARISSE-T. QUEMENER France Presse

Aunque la crisis más grave que ha conocido el país desde los años 30 terminó oficialmente en junio de 2009, unos catorce millones de estadounidenses siguen estando oficialmente en el paro. Es una situación mejor que la que había en enero pasado, cuando EEUU contaba con 16 millones de parados, pero dista mucho de la situación de casi pleno empleo que existía antes de la crisis. Y los responsables políticos, en particular el Partido Demócrata del presidente Barack Obama, corren el riesgo de pagar su precio en las elecciones del 2 de noviembre.

Roger Fox, de 57 años, que empuja su carro en un banco de alimentos de Elkhart, en Indiana, ríe cuando se le pregunta si los políticos hacen lo suficiente para apoyar la economía. No trabaja desde hace un año y prefiere refugiarse en la oración.

Pero le queda un rayo de esperanza. La cadena de grandes almacenes Target «se ha puesto en contacto conmigo para los refuerzos de Navidad», dice. «Es la primera vez desde hace tiempo que me llaman para una entrevista», añade.

El alcalde de Elkhart, Dick Moore, muestra un optimismo sin fisuras y considera que lo peor se ha evitado gracias al plan de relanzamiento de Barack Obama, que acudió cuatro veces a su ciudad (dos como candidato y dos como presidente) para defender sus decisiones económicas.

«Si el resto del país experimenta el mismo incremento del empleo que nosotros, estaremos en el buen camino», dijo Moore a France Presse.

Elkhart, de 53.000 habitantes, depende mayoritariamente del sector manufacturero, especialmente del automóvil, y vivió con dureza el descenso de compras de coches individuales en 2008.

La tasa de paro subió entonces como la espuma en la ciudad, superando el 22% en enero de 2010. Cayó al 15% en agosto, pero sigue siendo el doble de la que había en enero de 2008.

DeCarla Lane, de 37 años, forma parte de aquellos que buscan trabajo pero no son oficialmente parados. Despedida hace dos meses, no tiene derecho a las ayudas porque sólo estuvo empleada seis meses.

Los responsables políticos «tienen que actuar a favor del empleo», señala. «Estoy a punto de perder mi apartamento. No sé a dónde dirigirme. Es verdaderamente duro», agrega.

Dick Moore, elegido bajo la etiqueta de demócrata en un Estado que se inclina hacia los republicanos, considera que su partido no ha defendido suficientemente sus logros ante los electores. «Hemos hecho tantas cosas en 18 meses que es increíble», dice.

Según Dick Moore, Elkhart y su región se han beneficiado de 40 millones de dólares [28,6 millones de euros] de subvenciones, que han servido para reparar las carreteras, reconstruir el teatro local, demoler una vieja fundición y equipar el ayuntamiento con ventanas que ahorran energía.

El fabricante noruego de coches eléctricos Think planea instalar una fábrica y las empresas comienzan progresivamente a remontar el vuelo.

Pero todo esto no es suficiente para Chelsea Nusbaum, ama de casa de 22 años que votó a Obama en 2008 y que ahora piensa que cometió un error. «Sufrimos mucho más que antes, tenía que haberlo hecho mucho mejor», indica.

El presidente Obama y sus aliados, en cambio, están preparados para usar todas sus armas con el objetivo de atraer a su electorado el 2 de noviembre y esperan dar la vuelta a los pronósticos que parecen beneficiar a los republicanos a una semana de los comicios.

Durante una gira de cuatro días por el oeste de EEUU, Obama se dirigió prioritariamente a sus partidarios demócratas, pero también lanzó llamamientos a grupos que pueden ser determinantes el día del escrutinio, como mujeres y latinos.

En Seattle, donde se reunió con mujeres en un acto cuidadosamente preparado, el presidente insistió en los beneficios que les aportarán sus reformas, como la del seguro médico o la de la regulación de Wall Street.

Más directa, una de las consejeras de Obama, Valerie Jarrett, advirtió de que si los republicanos derogan estos dos reformas, como han prometido en caso de vencer, «los efectos sobre las mujeres serán devastadores».

En Los Ángeles, la segunda ciudad de EEUU y donde la mitad de la población es de origen hispano, Obama quiso movilizar a este grupo, anunciando la inversión «sin precedentes» de un millón de dólares en medios de comunicación en castellano.

 

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