La Real fue fiel a su trayectoria como local para obtener una convincente victoria que le deja en la zona media de la tabla y a Lotina al borde de la destitución. El Depor dio una imagen lamentable en Anoeta, sobre todo en los últimos minutos, y sólo la cercanía del partido de Copa en Iruñea puede permitir que el técnico de Meñaka no sea destituido por segunda vez tras una derrota contra la Real.

El equipo blanquiazul volvió a ser el que ilusiona a la afición en Anoeta y no el que la desespera cuando la sigue por la pequeña pantalla. Este equipo se transforma y cuando juega como lo hace en casa demuestra que es muy competitivo con la misma plantilla que logró el ascenso.

Joseba Llorente fue el único fichaje que jugó de inicio y aportó, como lo hizo Sarpong cuando salió con la asistencia del tercer gol, pero lo importante es que cada vez que juega en casa este equipo confirma el nivel competitivo de los jugadores que rescataron a la entidad de uno de los peores momentos de su historia. Son los mismos que ayer consiguieron su victoria más cómoda, con mucha seriedad en el primer tiempo y gran superioridad en el segundo.

Claro que hubo una jugada que pudo cambiar el partido. Lotina recuperó a Riki tras el descanso para intentar acabar con la negación ofensiva de su equipo -tres goles en ocho partidos- y el delantero deportivista realizó un remate de cabeza ante el que Bravo respondió con un paradón asombroso. La Real había ganado 3-0 y el nombre que coreó la afición al término del partido fue el del portero chileno porque esa jugada, acompañada poco después con el gol de Griezmann, sirvió para sentenciar al Deportivo.

Gol en la primera ocasión

Fue un partido de pocas ocasiones y la Real acertó en la primera que tuvo en un buen centro de Alberto de la Bella, que está en un gran momento de forma y fue capaz de acertar a colocar un balón perfecto al único realista que se encontraba en posición de remate. Joseba Llorente marcó su primer gol de su segunda, o tercera, etapa realista.

Fue la mejor jugada del partido y la única oportunidad del primer tiempo, en el que se vieron los problemas ofensivos del Deportivo. En 45 minutos sólo se pudo contabilizar un centrochut de Desmarets sin ningún peligro. Lo cierto es que la Real tampoco hizo más que el gol, pero estuvo seria y supo jugar con la tranquilidad que daba la ventaja en el marcador.

Tras el descanso Riki dio un nuevo aire al Deportivo. Lanzó un disparo que salió fuera por poco y luego aprovechó un centro de Adrián para conectar un cabezazo tan bien ejecutado como el de Llorente, con la diferencia de que Bravo respondió con una parada casi imposible.

Fueron los peores minutos de la Real y Lasarte respondió con un cambio defensivo al dar entrada a Markel en lugar de Zurutuza para situar a Aranburu en la media punta. A parte de la afición no le gustó el cambio, pero enseguida se acabó el debate porque Griezmann tuvo la oportunidad de desvelar cual era la celebración que tenía preparada para su primer gol en la máxima categoría. El de Macon fue a uno de los coches de la marca de vehículos oficial de la Real situados en la pista de atletismo y se subió en el puesto del conductor. En el gol aprovechó un gran centro en el que la defensa deportivista estuvo muy desacertada, ya que detrás de Griezmann aparecía un segundo realista libre para rematar.

El 2-0 puso fin al partido cuando todavía faltaban veinte minutos por jugarse. El Deportivo se vino abajo, la verdad es que sólo se fue arriba cuando apareció Riki, y la Real jugó a placer para deleite de su afición. Los olés aparecieron en la parte final del partido y además los aficionados pudieron ovacionar a sus dos goleadores y celebrar un tanto de Imanol Agirretxe que le debe servir para recuperar la confianza perdida el año pasado. El 3-0 fue el reflejo de lo que se vio en el final del partido. El Depor no presionaba y daba la imagen de ser un equipo hundido moralmente. Un triunfo en los últimos 21 partidos de Liga quita la confianza a cualquiera y es difícil que un técnico aguante en su puesto tras un partido así y en esa dinámica negativa.

Ajena a esa situación, la Real se coloca undécima, en la zona media de la tabla, aunque sólo con tres puntos sobre la zona de descenso. Por eso hay que tener claro que el partido importante de lo que queda de semana es el del domingo en Málaga. El equipo de Anoeta no tiene que jugar el jueves en el estadio -la Copa debe servir para dar una oportunidad a todos los que no juegan- y guardar todas las energías del equipo base para intentar jugar igual el domingo en Málaga para aprobar la asignatura pendiente, que la Real de Anoeta sea la misma fuera de casa.