Tras la aprobación, en diciembre de 2009, de unos presupuestos escasos y antisociales para 2010, el Gobierno de Nafarroa (UPN), siguiendo los pasos del Gobierno central (PSOE), metió motosierra en los mismos congelando y recortando buena parte de sus partidas. Pues bien, para el próximo año los recortes continúan, acentuándose así el carácter claramente antisocial de los Presupuestos para 2011.

Dos días después de la huelga del 29 de septiembre, el presidente de la patronal navarra (CEN) y Miguel Sanz recibían en las puertas del Parlamento -carantoñas y abrazos incluidos- a los secretarios de CCOO y UGT. El motivo era la presentación en el Parlamento del Plan Moderna, aprobado posteriormente por UPN, PSN, CDN e IU. Gracias a este Plan, dicen, en los próximos 20 años estaremos a la cabeza de Europa en materia de desarrollo económico, renta per cápita, sostenibilidad medioambiental y desarrollo humano. La apuesta estratégica global es por la «Navarra del conocimiento», que es lo que permitirá que nuestra Comunidad sea dentro de poco un auténtico paraíso: 77.000 nuevos puestos de trabajo, un incremento en la productividad de un 40%, un 90% de jóvenes hablando correctamente inglés (euskera no sabemos)...

Hablar hoy de futuros de ensueño sirve para encubrir realidades de pesadilla. En los dos últimos años el paro se ha duplicado, se ha multiplicado el número de personas y familias afectas por la pobreza y la exclusión social, la arcadia feliz de la construcción y el cemento ha pinchado, los ERE son la noticia de todos los días y los presupuestos sociales ven recortadas sus partidas constantemente. Esa situación ha sido provocada por el estallido de un modelo de producción y desarrollo que no se cuestiona y por el poder de unos bancos e instituciones financieras que siguen llevando las riendas del poder y a los que nadie mete mano. Pero, ¡oh, gran paradoja!, se pretende salir de la crisis impulsando más de lo mismo. A pesar de esa cacareada apuesta por la «Navarra del conocimiento», los Presupuestos del Gobierno caminan en una dirección muy diferente. Veamos.

El Proyecto contempla un recorte general de un 5% en el total de sus partidas, siendo los departamentos más afectados los de Cultura (-21,74%), Educación (-6,19%), Vivienda (-5,97%) y Desarrollo Rural y Medio Ambiente (-5,81%). Pues bien, ¿qué significa la apuesta por el «conocimiento» si resulta luego que las partidas más recortadas van a ser las de Cultura y Educación?

Veamos otro ejemplo. De los 700 millones de euros de inversión del Plan Navarra contemplados en el Proyecto, 139,9 corresponden a agroindustria y regadíos/Canal de Navarra, 136,6 a carreteras/autovías y 88,4 al TAV. Frente a ello, Educación y Sanidad se llevan 88,9 millones de euros. Es decir, se dedica al TAV tanto como a todas las inversiones de Educación y Sanidad, y el cemento puro y duro (autovías + TAV + Canal de Navarra...) se lleva el triple de lo destinado a estas dos necesidades básicas. Así que, repetimos, ¿dónde está la apuesta por la Nafarroa del conocimiento, la ecología y el desarrollo humano?

Por desgracia, aquí no se acaban los problemas. En caso de que en las negociaciones iniciadas sobre el cupo (reflejo de la pérdida de soberanía fiscal) entre el Gobierno de UPN y el del PSOE sea éste último quien imponga sus criterios y haya que pagar al mismo los 200 millones de euros que reclama, los recortes en los Presupuestos deberán ser aún mayores, llegando a alcanzar cotas del 7 u 8%. No hace falta ni preguntar cuáles serán las partidas que pagarán el pato de este nuevo envite.

Los Presupuestos central y navarro están siendo un puro mercadeo. Para nada cuentan las necesidades de la población, tan solo los intereses partidarios de UPN y PSN-PSOE de cara a conservar la mayor cuota de poder posible. UPN se abstiene en Madrid frente al proyecto de Presupuestos del PSOE para que el PSN apruebe los suyos aquí en Nafarroa y, más adelante, poder regatear mejor en la negociación de los 200 millones del cupo. Lo que menos importa es que los Presupuestos del PSOE sean completamente antisociales, que los de UPN pongan los pelos de punta a cualquiera y que la exigencia global del cupo sea una imposición carente de justificación alguna. Ellos están a otra cosa.

La oposición a los presupuestos del Gobierno de UPN debe ir bastante más allá de las notas de protesta, artículos de opinión -incluido éste- y la elaboración de enmiendas parlamentarias. Es necesario levantar un amplio frente político y social, de izquierdas, que remueva todos los rincones de Nafarroa, mostrando la naturaleza reaccionaria de estos presupuestos y levantando una auténtica rebelión frente a los mismos. En esta dirección, la izquierda abertzale va a iniciar una serie de contactos y reuniones con todo tipo de agentes políticos, sindicales y sociales a fin de impulsar de la manera más unitaria posible una respuesta de dignidad y justicia ante tanto atropello. Es obligado.