Los métodos de interrogatorio que enseñan en el Ejército británico incluyen amenazas, privación sensorial y desnudamiento de los prisioneros, lo que puede constituir una clara violación de las convenciones de Ginebra.

Así lo aseguró ayer el prestigios diario «The Guardian», según el cual los manuales que se manejan en esos cursos indican a quienes practican los interrogatorios que deben provocar humillación, desorientación, inseguridad, agotamiento, ansiedad y temor en los prisioneros y exponen la forma de conseguirlo.

Una de las técnicas recomendadas desde 2005 consiste en desnudar a los prisioneros antes de interrogarlos y mantenerlos así si se niegan a obedecer las órdenes de los militares mientras que otro texto aconseja vendarles los ojos.

Un manual elaborado en abril de 2008 sugiere mantener al «personal capturado», como se le denomina, en condiciones de malestar físico, desnudo y continuamente intimidado y explica que la privación sensorial es legal si «hay motivos operacionales válidos».

Otras instrucciones indican que las vendas para los ojos, los tapones en los oídos y las esposas para maniatar a los presos son instrumentos esenciales en los interrogatorios militares.

Las convenciones de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra prohíben toda «coerción física o moral» y en particular las destinadas a obtener informaciones.