«Un viajante», un mundo donde rige la competitividad
O.L. | DONOSTIA
Con su primera novela en las manos, Alejandro Fernández Aldasoro (Bilbo, 1970), redactor creativo de profesión, bromeaba ayer que haber podido publicar «Un viajante» (Ttarttalo) era, «más que suerte, un milagro». Lucio Egaña, el protagonista, es un representante textil que viaja de un lado para otro sin parar para ganarse la vida, acosado por hombres competitivos que pisan fuerte por llegar más alto. Lúcido y honrado, con Egaña el lector viajará al Bilbo de los años setenta, «un lugar oscuro, decadente, pero bello a la vez».
En palabras del autor, aquella época no es tan diferente a la actual, donde los muchos oficios están en decadencia, «como el de publicista o el de periodista». «Somos mitad cómplices mitad bufones y hemos interiorizado que cualquiera puede ser cualquier cosa», añadió.
«Un viajante» habla también de los límites de la vida y de los peligros que conlleva cruzarlos. «No podemos decidir qué nos ocurre, pero sí cómo lo afrontamos». Añadió que «la integridad no hay que perderla nunca», hecho sobre el que deberá reflexionar también Egaña.