Isaac Rosa 2010/10/28
El PP se ofrece para verificar el fin de ETA
Como ya dijimos otro día, la mejor prueba de que algo se mueve en el País Vasco es el nerviosismo de la derecha política y mediática, que multiplica sus tics y gritos mayororejistas (¡tregua trampa, tregua trampa!). Su última aportación al fin de la violencia es presentarse voluntaria para la verificación del posible adiós a las armas. (...)
El presidente de los populares vascos propuso ayer una «cuarentena democrática» de cuatro años para comprobar si es una trampa. Tanto tiempo repitiendo el mensaje de que es imprescindible desmarcarse de la violencia para existir políticamente, y cuando por fin parece que la izquierda abertzale lo acepta, añadimos nuevos requisitos: no vale con condenar el terrorismo, ni siquiera con que desaparezca ETA; además tendréis que pasar cuatro años de propina en el dique seco, y mientras tanto ya se nos ocurrirá otra cosa.
Y que nadie piense que en democracia no caben cuarentenas: basta con que se reúnan PP y PSOE e incluyan el concepto en la chiclosa ley de partidos. Una ley de la que, por cierto, acaban de acordar un endurecimiento, para que pierdan el escaño los ilegalizados a posteriori. ¿No es eso ya una cuarentena, y además indefinida?
En cumplimiento de la Ley de Godwin (que dice que en toda discusión siempre alguien acaba recurriendo a la comparación con el nazismo), Basagoiti dijo ayer que, igual que al morir Hitler se proscribió el nazismo, la muerte de ETA no puede salvar su proyecto político. ¿No habíamos quedado en que sin armas, por vías pacíficas y democráticas, se podía defender cualquier idea? ¿También una cuarentena ideológica?
Lo que no entiendo es por qué cuatro años, y no diez o cuarenta. Total, si de verdad fuese una trampa para ganar tiempo y reorganizarse, ¿qué son cuatro años para quienes llevan décadas de clandestinidad, persecución y cárcel, y tras años excluidos de las instituciones?
Los últimos movimientos apuntan a que el fin de ETA puede estar más cerca de lo que parece. Salvo que sea el PP quien expida el certificado de defunción.