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Alpes Sueño realizado

Roger Schaeli y Robert Jasper liberan la «Harlin direttissima»

La cordada suizo-alemana se hace en libre moderno con esta histórica ruta de la norte del Eiger. La realizaron en estilo alpino a finales de setiembre y con tres vivacs. Los alpinistas salieron por la «Heckmair». 1.800 metros de línea y dificultades de M8, 7a, E5.

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Andoni ARABAOLAZA

Tras la liberación hace un año de la «Directísima Japonesa», la cordada formada por el suizo Roger Schaeli y el alemán Robert Jasper ha vuelto por sus fueros. Más concretamente por la cara norte del Eiger. Y de nuevo, como hace un año, los prolíficos alpinistas consiguen el premio: la liberación de la ruta «John Harlin direttissima» (1.800 m, M8, 7a, E5), saliendo por la «Heckmair».

Se trata de una vía con mucha historia y carga dramática, y es que durante la «pelea» que se dio en 1966 por esa primera, John Harlin tuvo una caída por la rotura de su cuerda que le supuso la muerte. Sus compañeros terminaron la vía que quedó como A3, V+, 80º, con una graduación general actual de ED4.

Pues bien, tal y como adelanta a GARA el propio Jasper, la «Harlin» es la línea más lógica y directa de la norte del Eiger: «Hice mi primer intento en esta vía en el invierno de hace 20 años, pero tuve que darme la vuelta. Después de tres intentos más he ido acumulando la experiencia necesaria; tienes que saber qué es lo importante aquí. Más allá de la extrema dificultad y el reto alpinístico que presenta, esta vía tiene otro componente que me atraía. Cuando escalé la norte del Eiger rodando una película junto al hijo de Harlin, John Harlin III, quedé profundamente afectado por la tragedia de su familia. Al escalar esta ruta legendaria, no pude evitar que mis pensamientos dieran vueltas a ese drama continuamente. Cuando escalaba de primero el largo excato en que John Halin tuvo su caída fatal en 1966, vinieron a mi mente pensamientos sobre mi propia familia y los riesgos de la montaña. Fue duro. ¡Esta vía ha sido la escalada más emotiva de toda mi vida!».

Para escalar en lo que se denomina libre moderno, la cordada suizo-alemana necesitó tres días con sus correspondientes vivacs. Fue entre el 20 y 23 de setiembre, y, como es habitual, escalaron la vía en estilo alpino. Llegaron a la cima a las 8 de la tarde del tercer día de ascensión. Eufóricos pero totalmente agotados y, por ello, decidieron montar su tercer vivac justo unos metros por debajo de la cima, en la arista afilada.

Tres jornadas de intenso trabajo para otra nueva aportación en el «Ogro» de los Alpes: «Para liberar esta ruta es fundamental una correcta táctica, y es que el muro es extremadamente peligroso. Me imaginé que nos llevaría unos 3 ó 4 días. Llevamos un petate de 13 kilos con dos sacos ligeros, una pequeña tienda, un hornillo, comida para tres días y el material para roca y hielo. La roca del Eiger es a veces tan compacta que no se puede proteger con material flotante, y, por lo tanto, hay que perforar para meter material tipo parabolt. Nos encontramos así con material de hace 44 años, los que se fijaron durante la apertura, y algunos de ellos estaban dañados por la caída de piedras. Es por eso que remplazamos algunos con parabolts de métrica 8. También vimos otros parabolts de Petzl que se colocaron en otras ascensiones, presumiblemente por escaladores japoneses o checos entre 1980 y 1990. Estos parabolts son realmente importantes para futuras repeticiones. Hay largos muy peligrosos, y así hay que extremar la precaución».

Visto lo visto, no es difícil imaginar los quebraderos de cabeza que esta vía le ha dado sobre todo a Jasper. Decíamos que lo intentó por primera vez hace 20 años. Pero no ha sido el único tiento que le ha echado a la «Harlin».

Según el alemán, es muy peligrosa en verano y el invierno es demasiado duro y frío. Así, la cordada se decantó por el otoño: «Hemos buscado el equilibrio entre lo realizable y los riesgos de la pared. Después de cuatro intentos más conseguí la experiencia necesaria. Tienes que tener muy claro lo que es importante en esta pared».

Sobre las dificultades técnicas que se encontraron durante la escalada, Jasper señala que en la parte inferior treparon cuatro largos entre 6c y 7a, seguido de terreno mixto: «Bajo la Araña, en el pilar, superamos secciones de M8 y 7a. Vas escalando roca y luego mixto, y la verdad se hizo difícil e incómodo, ya que continuamente tenías que quitarte los pies de gato para ponerte las botas con los crampones. Para mí es la línea alpina más compleja de Eiger. Una ruta que exige mucha experiencia, ya que escalas las secciones más peligrosas de la cara norte».

La idea original de los alpinistas era liberar enteramente la «Harlin», pero, debido a la falta de hielo y a la nieve polvo que cubría las rocas en su parte superior, decideron salir por la «Heckmair». A ese factor también que hay que añadirle otro que no es otro que el mal tiempo. Las previsiones señalaban que sólo tendrían un día más de buen tiempo; justo el que les llevó el descenso.

Largo sueño completado

A pesar de salir por la variante de salida de la «Heckmair», Jasper considera encadenada la «John Harlin direttissima»: «Ha sido un largo sueño que felizmente he completado. Lo he intentado cuatro veces. He pasado muchos años soñando con esta vía y con su liberación, y es una de las actividades más importantes de mi carrera alpina. A esto tengo que sumarle el valor emocional, y es que ha sido una de mis experiencias más duras. Fue muy duro desde ese punto de vista».

De esta forma acababa la nueva aportación de Schaeli y Jasper en la cara norte del Eiger. Una montaña y una dura cara norte que sobre todo a Jasper le tiene atrapado. Y no es para menos. Por citar algunas: la «Yeti» del 2006, la «directa japonesa» del año pasado, la «John Harlin direttissima» ahora...

La verdad sea dicha, lo del alemán con la vertiente sombría de esta montaña es algo especial. «Sin ninguna duda la cara norte del Eiger es muy especial, y contiene en su seno grandes historias. Estoy fascinado con ese muro, por su omnipotencia. Es muy peligrosa, inmensa, me encanta ese enorme desafío y allí continúo buscando nuevos retos personales. No es necesario viajar hasta el fin del mundo. Sin ningún lugar a dudas, aquí, en los Alpes, hay un montón de retos pendientes. Por poner un ejemplo, la cara norte del Fiescher Gabelhorn. Su primera ascensión se realizó hace tan sólo un par de años. Me gustaría dirigirme a esos jóvenes que todavía no pueden ir de expedición. Pues bien, decirles que en los Alpes hay escaladas muy dignas. Hay un montón de retos sin salir necesa- riamente al extranjero. La aventura está ahí fuera, en la puerta de nuestra casa. Sólo hay que mirarlos para encontrarlos».

libre moderno

Roger Schaeli y Robert Jasper liberaban en setiembre la vía «John Harlin direttissima» saliendo por la «Heckmair». 1.800 metros y dificultades de M8, 7a, E5.

peligrosa

Según Jasper, se trata de la vía más lógica y directa de la norte del Eiger. Añade que se necesita una importante experiencia dada su peligrosidad.

A la quinta

El alpinista alemán ha necesitado cinco intentos para escalar y encadenar esta ruta. El primero fue hace nada más y nada menos que 20 años, y en invierno.

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