La acumulación de kilómetros y de lesiones -Rancik volvió a quedarse sin poder jugar por problemas de lumbalgia- no permiten al Baskonia meter esa quinta velocidad con la que ha solido reventar a muchos rivales. Pero, sin embargo, a base de mantenerse en el alambre, sí que ha desarrollado una capacidad de hacer de su necesidad virtud, lo hace le hace un equipo especial.

El domingo pasado Ivanovic dio con la tecla de jugar con cuatro pequeños y ayer, en otra situación límite, con el rival nueve arriba (32-23) y su único interior lastrado por la tercera falta, encontró en la imberbe dupla interior Bjelica-Musli una solución de urgencia para reconducir un partido que terminó ganando en un último cuarto en el que el Valencia sólo hizo dos puntos desde el tiro libre, sin canastas en juego.

Y es que, aunque el cansancio exista y vaya si se nota, la dureza mental puede hacer que ese depósito en reserva sirva para llegar a meta. Con todas sus limitaciones, el Baskonia fue capaz de ir amoldándose a todas las adversidades que se fue encontrando, mientras que el Valencia se atascó en el momento clave, cuando el Caja Laboral supo ajustar su defensa. Un registro negativo de récord, con un 0/8 en tiros de dos y 0/9 en triples por parte del equipo taronja, abrió la puerta del triunfo a un Baskonia que hubiera sido líder hoy si Teletovic hubiera acertado un último tiro con el partido decidido.

Altibajos

Como ha quedado dicho, al equipo gasteiztarra le queda mucho todavía para ser capaz de realizar un partido redondo y ayer volvió a mostrar muchos picos en su rendimiento.

Comenzó el partido confiando todas sus posibilidades al acierto exterior de Logan y Teletovic, con el que llegó a tomar cortas ventajas, dependiendo de los porcentajes en los que se movían sus exteriores.

Hussein sabía de las debilidades azulgranas y trató de asfixiar a los gasteiztarras moviendo mucho su banquillo. La frescura que introdujo De Colo desde el banquillo y la inteligencia de Savanovic para ganar la línea de fondo permitió a los taronjas no sólo ir por delante al término del primer cuarto (25-23), sino conseguir encender todas las luces de alarma al adquirir una renta de nueve puntos y cargar de faltas a Barac.

La solución de urgencia Bjelica-Musli, perfectamente secundados por Marcelinho Huertas, autor de ocho puntos prácticamente consecutivos, y del siempre presente San Emeterio surtió efecto. Para el descanso, los de Ivanovic ya habían conseguido recobrar la iniciativa en el marcador con una renta de tres puntos (41-44).

El tercer cuarto permitió disfrutar de los mejores minutos de Nemanja Bjelica desde que es baskonista, jugando circunstancialmente de cuatro. Con el equipo muy abierto en ataque, el Baskonia priorizó el pase sobre el bote y adquirió una gran fluidez en su ataque que, no obstante, no se vio acompañadoen tareas defensivas, por lo que las espadas estuvieron en todo lo alto en el último cuarto (65-66).

Los aros se convirtieron en dedales en los minutos de la verdad y el Baskonia tuvo mucha mayor fortaleza para adaptarse a lo que requerían esos minutos calientes. Mientras el Baskonia encontró soluciones como Barac, Valencia sólo acumuló errores y decepciones.