El preso algortarra Iker Beristain continúa sin conocer a su hija por decisión de la jueza Laurence Le Vert y, por tanto, él y sus compañeros presos en la cárcel de Meaux, -el hernaniarra Beñat Aginagalde, el gasteiztarra Alex Uriarte y el bergararra Iñaki Arietaleaniz-, mantienen la huelga de hambre emprendida hace 25 días.

Para el sábado, día en el que los presos mediante las visitas tuvieron el último contacto con el exterior , habían perdido alrededor de doce kilos cada uno. Los familiares indicaron a GARA que los encontraron «físicamente muy bajos y cansados, pero anímicamente muy fuertes».

Los cuatro vascos llevan un riguroso control médico, con extracciones de sangre dos veces por semana y electrocardiogramas, en las que, según advirtieron sus familiares, no muestran síntomas graves.

Estos ciudadanos vascos iniciaron esta huelga de hambre tras las continuas negativas de la jueza Laurence Le Vert a las solicitudes de visita de la hija recién nacida de Beristain.

La niña nació el pasado 3 de setiembre, y pese a que cuenta con carné y Libro de Familia que certifica que Beristain es el padre de la criatura, la jueza parisina ha denegado su permiso para entrar en la cárcel.

La excusa empleada por Le Vert es que en las prisiones del Estado francés no existen los vis a vises, por lo que pone en duda la paternidad del vecino de Algorta.

En denuncia por esta situación, además de la huelga de hambre, en Algorta se están llevando a cabo concentraciones semanales. En la cita del pasado viernes cerca de 130 vecinos se concentraron en solidaridad con Beristain; dos de ellos sin embargo, fueron identificados por la Ertzaintza, que se personó arrancando pancartas.

Otra de las dinámicas emprendidas en apoyo a Beristain es la de realizar un envío masivo de cartas a la jueza Le Vert. El movimiento pro amnistía ha facilitado para ello la siguiente dirección: Mme Levert Tribunal de Grande Instance, Boulevard du Palais, 75 001 París.

En Murcia finalizan la protesta

Los seis ciudadanos vascos recluidos en la cárcel de Murcia abandonaron ayer, tras catorce días de ayuno, la huelga de hambre emprendida contra el aislamiento y la insalubridad que sufren en la prisión. El cese de la protesta llega después de que los presos consiguieran entablar contactos con el subdirector del penal y lograran que éste se comprometiera a tomar medidas contra el aislamiento en los próximos días. Advirtieron, sin embargo, que si sus demandas no son respetadas, en las próximas semanas retomarán de nuevo su dinámica de lucha.

La huelga de hambre iniciada por los presos políticos vascos, además de solicitar su reagrupamiento -para que ninguno se encuentre sólo en ningún módulo de la prisión-, los presos también buscaban denunciar la insalubridad de las duchas y de los servicios, la plaga de ratas sufrida y la falta de higiene en general.

El movimiento pro amnistía alertó el pasado jueves que cada uno de los presos políticos había perdido ya una media de seis kilos.