Solución con apoyo y anclaje internacional
El abogado y facilitador sudafricano Brian Currin dio a conocer ayer el mandato específico que tendrá el Grupo Internacional de Contacto. En su declaración afirmaba que la normalización política de Euskal Herria pasa por la construcción de un escenario inclusivo y transparente basado en vías exclusivamente democráticas y en ausencia total de violencia o amenaza de ejercerla. Un escenario de estabilidad, según el GIC, en el que todos los proyectos democráticos puedan ser defendidos y materializados. El mandato tiene, además de un indudable valor político, la virtualidad de canalizar en el carril de la política una solución sin esquemas de vencedores ni vencidos, transformando el conflicto hacia parámetros radicalmente democráticos. Y a su vez, ofrece al proceso una red de seguridad para que éste no pueda caer por su propio peso enredado en las dificultades y provocaciones de las que no va a estar exento. Finalmente, el mandato para promover y facilitar medidas que generen confianza es una invitación a soltar fuerzas y liberar energías sociales en un contexto que va a requerir una actitud de alta intensidad política y mucha paciencia impaciente.
Ciertas interpretaciones divulgadas tras la comparecencia de Currin hacían hincapié en supuestas fechas de supuestos anuncios siempre focalizados en una parte: ETA. Éstas se han multiplicado interesadamente en los últimos días, pero generar expectativas para dirigir la presión a una parte o aumentar la ansiedad social, ni ayuda ni funcionará. Una cosa es lo deseable y otra muy distinta la realidad. Y la realidad demuestra que este tipo de procesos ni tienen solución instantánea ni es deseable que así se enfoquen. El tiempo efectivamente cuenta y no es neutral. Pero lo decisivo son las bases y los anclajes, internacionales y sobre todo nacionales, de los que se dota el proceso.
Son tiempos duros, para la gente y también para el nuevo tiempo. El mínimo riesgo puede ser máximo. Pero este país tiene en sus manos el poder de transformar la política y el futuro; de jugar esa carta y hacerlo con inteligencia.