La Policía china interrogaba ayer a cuatro detenidos después del espectacular incendio de una torre habitada de 28 pisos en el centro de Shanghai y que dejó un saldo provisional de 53 muertos.

Mientras las primeras investigaciones apuntan a la responsabilidad de un grupo de soldadores que estarían actuando sin licencia, familiares buscaban a decenas de desaparecidos y denunciaban la falta de seguridad.

El edificio de apartamentos, construido en los años 90 y que abrigaba a 156 familias, se incendió el lunes en Jingan, un barrio muy poblado de Shanghai, metrópolis de 20 millones de habitantes en el este del país. Vecinos denunciaban que no habría ocurrido lo mismo si se hubiera tratado de la Torre Jinmao o del Centro Financiero Mundial, en la misma ciudad.