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Una familia de judíos ortodoxos

«My father, my lord»

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M.I. | DONOSTIA

Con tres años de retraso y un estreno muy restringido nos llega la aclamada ópera prima del israelí David Volach, premiada en los festivales de Tribeca, Taormina y Haifa. Por establecer comparaciones aproximativas podría representar a la religión judía lo que «El gran silencio» al cristianismo. El cineasta debutante muestra por dentro cómo se vive la religiosidad en una familia de judíos ortodoxos, dedicada al estudio de la Torah.

Se da la circunstancia de que el padre es rabino, lo que condiciona completamente la educación del hijo pequeño, sin que la madre pueda influir en todo cuanto afecta a su desarrollo. Durante unas vacaciones a orillas del Mar Muerto, el niño tendrá oportunidad de descubrir que existen otras realidades más allá del círculo cerrado en el que vive, por cuanto se desencadenará un conflicto interno.

No por casualidad, el rabino se llama Abraham, al igual que el personaje bíblico. La alegoría es clara, puesto que «Hofshat kaits» («My father, My Lord») habla del sacrificio del hijo. La película es muy intensa, casi bergmaniana, y su escasa duración tal vez se debió a las lógicas limitaciones presupuestarias de un primer largometraje. Al concentrarse en los tres personajes centrales, la narración está bien aprovechada, aunque tal vez sepa a poco.

Estreno

T.O.- «Hofshat kaits»

Dirección: David Volach.

Intérpretes: Assi Dayan, Sharon Hacohen Bar, Ilan Grif.

Fotografía: Boaz Yakov.

País: Israel, 2007.

Duración: 76 minutos.

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