Fede de los Ríos
El «seny» catalán ya no es lo que era
La política, la más alta expresión de la capacidad de los humanos para ordenar la vida social, está llegando a las más gloriosas cumbres. Estos próceres son los que dirigen al ser humano hacia la emancipación social. Qué dirá la de MonserratEl domingo próximo, si Dios no lo remedia, los catalanes y catalanas, después de que sus meninges hayan sufrido una campaña electoral más, elegirán un nuevo Parlament autonómico. La campaña electoral, como no podía ser menos, ha derrochado la imaginación y el buen hacer propios de quienes se baten en lid por la consecución del llamado poder político. Votar a Montilla ha sido comparado con un orgasmo y así ha sido escenificado en un sketch publicitario de las juventudes del partido socialista. Una joven votante llegaba al éxtasis, como Santa Teresa, al introducir la papeleta de la candidatura presidida por Montilla en la urna. Bien sabemos que la sexualidad humana es polimorfa al no estar vinculada necesariamente al instinto reproductivo y haberse perdido el celo en la hembra humana. Digan lo que digan los cardenales y obispos. Por ello nuestra sexualidad y el erotismo que conlleva se trasladaron de tres palmos más debajo de la barbilla a nuestro desarrollado cerebro. Y en las fijaciones sexuales nunca descubrimos su anclaje que, a veces, se remonta a experiencias tempranas de la niñez. Pero a mí, ¿qué queréis que os diga? Erótico, lo que se dice erótico, así a primera vista, sin profundizar un poquito, yo a Montilla no lo veo como procurador popular de orgasmos. Serio, es serio, no lo vamos a negar, pero la seriedad no acostumbra a ser amiga de desenfrenos sexuales. En una isla desierta, habiendo pasado unos años y sin otra compañía, pues no digo yo que no.
La señora del PP, Alicia Sánchez Camacho, ha aparecido en un videojuego montada sobre una gaviota macho que respondía al nombre de Pepe y desde la cual disparaba sobre emigrantes e independentistas. Éste lo han creado otras juventudes, las del PP, que llevan por nombre Nuevas Generaciones. Al videojuego lo llaman «Rescate. Alicia Croft». Debe de ser por el parecido entre Angelina Jolie y Alicia Sánchez Camacho. Aunque de momento la semejanza no sea total, en cuanto le pongan en su sitio la nariz desplazada en la última operación y le remodelen, de nuevo, pómulos, labios y orejas, no vamos a saber quién es quién.
Hablando de labios siliconados, también se presenta al Parlament Carmen de Mairena, actor/actriz en películas memorables como «Soy puta pero mi coño lo disfruta» y «Por Detrás Me Gusta Más».
El independentista Laporta, que fuera president del Barça, ha contratado para la campaña a María Lapiedra, también pornostar (dice un amigo que erotismo es a la burguesía lo que pornografía al proletariado, no lo sé). La tal María ha declarado que antes era de Esquerra Republicana, pero que después de que apareciera Laporta se pasó al partido de este, Solidaritat Catalana per la Independència, pues le gustaron «más las ideologías de aquél» (sic). Por eso pasea su neumática figura semidesnuda por Madrí con estelada incluida.
Como veis, la política, la más alta expresión de la capacidad de los humanos para ordenar la vida social, está llegando a las más gloriosas cumbres. Estos próceres son los que dirigen al ser humano hacia la emancipación social. Qué dirá la de Monserrat, La Moreneta.