Liga ACB Remontada del Caja Laboral Baskonia en la reedición de la final liguera contra el Barcelona
No hay fuerza en el mundo capaz de domar el corazón de un campeón
Con Ivanovic expulsado por dos técnicas y 54-66 en contra, el conjunto baskonista consiguió la voltereta gracias al carácter de Teletovic y San Emeterio. El duelo estuvo lleno de tensión, con Oleson y Barac a gran nivel y una más que polémica actuación arbitral.
Arnaitz GORRITI
Jamás subestimes el corazón de un campeón. Nunca lo des por derrotado, y menos si ese corazón impulsa a hombres como Teletovic o San Emeterio.
El último cuarto pintaba muy mal para el Caja Laboral Baskonia. Con un 54-64 adverso, Ivanovic debía enfilar el túnel de vestuarios, expulsado tras ver la segunda técnica. Lakovic anotaba los tiros libres: 54-66.
Pero con todo perdido, la plantilla baskonista se convirtió en un huracán. Teletovic y San Emeterio, que estaban realizando un partido muy discreto, se echaron su equipo a la espalda y comenzaron a meterlas y a pedir ánimos. Huertas ejercía de guía, Barac era un muro y Oleson, el estilete. Contagiado por el ansia de remontada de los jugadores, también merece una mención la enorme presión ambiental de Zurbano, que se volcó y ayudó lo suyo en la victoria.
Mientras, el Barcelona se empequeñecía por momentos, sobre todo un Ricky Rubio que venía haciendo un gran partido y un Mickeal que no es ni su sombra. Un triple de Oleson, que cerraba un parcial de 20-8, ponía el empate a 74. Luego Teletovic, por dos veces, «el santo» y Huertas pusieron el 87-80 final y la locura en el ambiente.
Calidad, árbitros y tensión
No faltó calidad en un duelo en el que Oleson y Barac mostraron un gran nivel. El escolta de Alaska fue quien tiró del carro anotador de los de Ivanovic, sobre todo cuando los barcelonistas amagaron con romper el duelo en el segundo cuarto, tras varios minutos de desacierto y desconcierto con algunas decisiones arbitrales, como una rigurosa antideportiva a San Emeterio. Mientras, Barac intimidó de lo lindo y en ataque dejó perlas como un potente mate tras culminar un coast to coast después de taponar a Perovic.
Tras ir a remolque casi toda la primera mitad, un tiro final de Huertas puso a los de Ivanovic arriba por la mínima en el receso: 35-34. Y al regreso los gasteiztarras intentaron romper el partido con parcial de 10-2 en la reanudación.
Pero Rubio no andaba por la labor de dejarse ganar, y los árbitros comenzaron a machacar a faltas y técnicas a los gasteiztarras, de forma que el marcador dio un giro copernicano, pasando del 45-36 al 54-66. Con el partido al rojo vivo, el Barcelona parecía el dueño, pero claro, los culés no contaban con el corazón del campeón.
Muy lejos de su habitual discurso cerebral, olvidándose de su momentáneo liderato en la liga o de la propia remontada, Josean Kerejeta se despachó a gusto del arbitraje. El presidente baskonista definió la actitud de los colegiados como «provocadora» y su labor, «claramente tendenciosa».
«En 22 años que llevo como presidente, nunca había visto una actuación arbitral semejante. Ha podido haber cualquier tipo de altercado».
«Lo único que espero es que en el futuro no vuelva a ocurrir una cosa igual en un campo de baloncesto. Si el presidente de la ACB, Eduardo Portela, después de lo que ha acontecido aquí, no toma medidas, y medidas serias, seremos el hazmerreír del baloncesto en Europa», añadió Kerejeta.
«El arbitraje es una profesión muy complicada porque hay mucha tensión. Pero un árbitro tiene que dominar el juego; no puede ser el provocador, y los tres han sido los provocadores de lo que ha ocurrido», culminó.
Lógicamente, Fernando San Emeterio se encontraba de mejor humor. «Creo que estábamos jugando bien, pero nos faltaba ese pasito de agresividad en defensa. Al final, con la gente, hemos tenido uno de esos últimos cuartos que aquí son impresionantes», dijo.
Sobre el arbitraje, el cántabro reconoció que «nos ha sacado de quicio, pero con la victoria todo se olvida».
Dusko Ivanovic, que obtenía su victoria número 300, declinó hacer comentarios sobre los colegiados. Fiel a su estilo, el montenegrino dijo que «ya que en el último cuarto jugamos de 10, ahora vamos a por el 11». A. G.