CUMBRE DE LA OTAN
Lisboa tomó medidas sin precedentes tras semanas de alimentar el miedo
La cumbre de la OTAN en Portugal se ha vivido en un marco de recortes de libertad sin precedentes con el objetivo de hacer frente al fantasma mediático del «black block». Más de 350 personas han sido repatriadas y 16 detenidas en la frontera.
DELEGACIÓN VASCA EN LISBOA
Pese a ello, los activistas que estaban en Lisboa han llevado a cabo conferencias alternativas y acciones pacíficas de protesta. Se han registrado 42 detenidos, cinco de ellos vascos, que ayer fueron puestos en libertad. Abundan las irregularidades en la gestión policial.
El Gobierno portugués ha deportado o impedido el acceso a todas aquellas personas que portaban cualquier documento relacionado con la OTAN, la guerra de Afganistán o la misma contracumbre. Esta actuación viene justificada por la supresión temporal de la directiva Schengen que ha adoptado el Gobierno portugués impidiendo la libre entrada de ciudadanos de la UE en el país. La Policía ha utilizado archivos ilegales para identificar a potenciales activistas en base a identificaciones ocurridas en protestas anteriores fuera de Portugal. En algunos casos ha preguntado por su ideología política a los visitantes y registrado sus pertenencias, tal y como afirman algunos de los afectados.
Cinco estudiantes madrileños fueron repatriados el jueves cuando llegaban al aeropuerto de Lisboa después de ser retenidos durante tres horas. Antes de embarcarles en el avión de vuelta a Madrid les sugirieron firmar un documento en el que se les consideraba «un peligro para la seguridad nacional». El parlamentario del Partido Laborista británico Jeremy Corbin fue repatriado el viernes cuando trataba de entrar en Lisboa para participar en las ponencias de la contracumbre.
Un autobús de una organización antimilitarista finlandesa fue interceptado y se les prohibió la entrada al país a 31 finlandeses que viajaban en él. También se le ha impedido la entrada a Lucas Wirl, catedrático de derecho alemán que iba a ejercer como moderador de las conferencias organizadas para la contracumbre. Cuando se escriben estas líneas son ya alrededor de 350 personas repatriadas y más de 16 las detenidas como consecuencia de la aplicación de esta suspensión.
Durante semanas los medios portugueses han estado hablando de la posibilidad de que se produjeran disturbios durante el transcurso de la cumbre señalando siempre al Bloque Negro como la principal amenaza para la seguridad del país durante estos días. Los vecinos de la ciudad se han impregnado de este miedo, llegando a naturalizar las medidas excepcionales implantadas. Estas medidas se traducen por el momento en más de cinco millones de euros solo en material antidisturbios, sin tener en cuenta el gasto realizado durante los días de la cumbre. Esta medida tiene lugar en tiempos de recortes económicos que serán contestados desde la calle el 24 de noviembre, día en el que está convocada una huelga general contra la política de austeridad puesta en marcha por el Gobierno.
No obstante, no se han cumplido los pronósticos del Gobierno portugués y solamente se han llevado a cabo acciones pacíficas organizadas por los activistas internacionales que han conseguido acceder a la ciudad. Según Xeca, miembro de la Plataforma contra la Guerra y la Otan, que es el colectivo organizador de las conferencias de la contracumbre, «la expectativa alimentada en torno a la violencia por los medios de comunicación las últimas semanas se ha visto anulada en tanto que la ciudadanía ha percibido la naturaleza pacífica de las acciones que se han venido desarrollando».
Desde Pagan (Plataforma Antiguerra y Anti-NATO), colectivo organizador de la contracumbre, se busca «plantear unas dinámicas de trabajo opuestas a las que se están desarrollando en el Parque de las Naciones», afirma Xeca, quien añade que «mientras que los presidentes están diseñando la guerra del siglo XXI, nosotros intentamos proyectar estrategias para que los pueblos puedan vivir en paz».
El programa de la contracumbre de Pagan se ha basado en conferencias de diferentes intelectuales antimilitaristas, talleres y las acciones de desobediencia civil no violentas que organizaron autónomamente los activistas. El jueves tuvo lugar un fashmob en la céntrica plaza de Rossio para recordar a los civiles muertos en Afganistán en la que se notó una fuerte presencia policial.
El sábado a la mañana tuvo lugar la acción central de desobediencia civil organizada por activistas internacionales que consistió en un bloqueo en una avenida próxima al Parque de las Naciones y en la que fueron detenidas 42 personas, entre los cuales se encontraban cinco vascos miembros de KEM-MOC de Bilbo.
La semana de movilización concluyó con la manifestación que el sábado por la tarde reunió, según los organizadores, a cerca de 30.000 personas. Convocada ésta por el movimiento Paz Sim Nato Nao, en el que se integran los principales partidos y sindicatos de la izquierda portuguesa, así como cientos de organizaciones sociales, culturales, juveniles y estudiantiles. Una delegación de estudiantes vascos y miembros de Askapena y Komite Internazionalistak asistieron a la movilización.