LA MUELA 1
ALAVÉS 2

Cuatro victorias consecutivas permitirán al Alavés llegar al trascendental derbi de Ipurua al frente de la clasificación y con dos puntos de ventaja respecto al Eibar. La, por ahora, última muesca en la trayectoria ascendente de los albiazules llegó en La Muela, aunque hubo que esperar hasta el último minuto para poder celebrarla.

Un triunfo de mérito, no en vano el cuadro alavés se impuso a un rival muy rocoso, que se adelantó en el marcador, que llegaba a la cita escocido tras la goleada que sufrió la semana pasada, precisamente en Ipurua, y en el que las circunstancias ambientales -campo de hierba artificial y fuerte viento- también contaron.

El partido arrancó con más intensidad que calidad. Un disparo de Royo al cuarto de hora preludió la más clara ocasión de todo el primer tiempo: un gran pase de Pablo a Mainz, que se quedó solo ante Montero, al que le tocó lucirse para despejar el remate por línea de fondo. Por parte del cuadro albiazul, que basaba su juego en la fuerza y los balones largos, las mejores opciones llegaron en los minutos previos al descanso, con un cabezazo de Moya que detuvo Zaparain y un remate de Casares que se marchó fuera.

La tónica no varió en exceso en la reanudación. Fuerza, competitividad, lucha y entrega por parte de los 22 jugadores sobre el terreno de juego, pero exceso de balones largos, poco juego y mínimas gotas de calidad que, además, vinieron casi siempre de las botas del mismo jugador, Casares.

Hubo susto inicial para el Alavés, con un córner directo de Fran, que Malón sacó de cabeza bajo palos evitando el gol olímpico. La réplica, cómo no, la firmó Casares, que se marchó solo hacia la puerta de Zaparain, aunque Suárez llegó para rebañarle el balón cuando ya parecía que el marcador se estrenaba.

Disgusto y reacción

Lo hizo, para mal, poco después. Montero despejó un remate de Mainz pero el propio ariete local aprovechó el balón para anotar el 1-0 y llevar el delirio a la grada. El Alavés acusó el golpe y llegaron los mejores minutos de La Muela, que estuvo cerca de subir el segundo al marcador, aunque Montero lo evitó con una gran parada a remate de Mainz.

Tomé movió banquillo, los gasteiztarras lo agradecieron y se estiraron, y la recompensa no tardó demasiado en llegar. Un balón enviado al área dio en el brazo de Hervías; no vio nada el colegiado, pero sí su asistente y Morcillo agradeció el penalti restableciendo las tablas.

Un tanto que revivió definitivamente al Alavés. Aprovechando, además, que su rival disputó los últimos minutos en inferioridad por la expulsión de Fausto, se fue con mayor decisión aún a por el triunfo y de nuevo obtuvo premio. Fue a un minuto del final, cuando Casares culminaba una gran jugada para establecer el definitivo 1-2 y colocar a su equipo en lo más alto de la tabla.