La ofrenda floral que cada 20-N la familia de Santi Brouard y la izquierda abertzale realiza ante el monolito en recuerdo al prestigioso pediatra y presidente de HASI contó este sábado con la presencia de los familiares de dos víctimas de ETA: Rosa Rodero y Cristina Sagarzazu, viudas de los mandos de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea y Montxo Doral. Es la primera ocasión en que se constata y se hace público la participación de víctimas de acciones de la organización armada vasca en actos de la izquierda abertzale.

En este caso, en los últimos años, han sido varias las ocasiones en que la hija de Santi Brouard ha coincidido en actos con Rosa Rodero y han mantenido un diálogo sobre el papel de las víctimas que ha generado el conflicto político en Euskal Herria. El mismo día en que las instituciones de la CAV celebraban el Día de la Memoria, el 10 de noviembre, Edurne Brouard manifestó en la presentación de los actos de homenaje a su padre y a Josu Muguruza, muertos en acciones de guerra sucia, que no tenía «ningún problema en solidarizarse con el dolor de otras víctimas que ha generado la situación de conflicto», aunque matizó que rechazaba que el dolor de éstas se utilizara para perpetuar el conflicto en el país.

Entonces, acusó a los promotores de esa iniciativa de valerse del «dolor de las víctimas para ponerlas en primera línea de fuego y mantener el inmovilismo». El sábado, al reconocer a Rodero y Sagarzazu entre los reunidos en Ametzola, fue a saludarles y agradecerles el gesto.