Los talibanes consideran un triunfo la retirada de tropas de la OTAN
La retirada de las tropas occidentales de Afganistán, que se confirmó en la cumbre que la OTAN celebró en Lisboa el viernes y el sábado, ha sido acogida por los talibanes como un triunfo. Los insurgentes afganos destacan que EEUU no ha sido capaz de convencer a sus aliados europeos de que envíen más tropas al país asiático ni de que mantengan las operaciones a largo plazo. Los talibanes volvieron a exigir una retirada total e inmediata de las tropas occidentales.GARA |
Los talibanes señalaron ayer que el plan de retirada de Afganistán de las tropas de la OTAN, que fue ratificado el pasado fin de semana en Lisboa durante la cumbre de la Alianza Atlántica, es «una muestra del fracaso» de EEUU.
El acuerdo firmado el sábado en la capital portuguesa muestra que Washington «no ha conseguido obtener una asistencia militar suplementaria por parte de los otros miembros de la OTAN» o un compromiso para continuar las operaciones a largo plazo, escribieron los talibanes en un comunicado enviado por correo electrónico.
«Son buenas noticias para los afganos y para todos los amantes de la libertad en el mundo y es una muestra de fracaso para el Gobierno estadounidense», añadieron en el comunicado titulado «Respuesta del Emirato Islámico de Afganistán al encuentro de Lisboa».
Los dirigentes de la OTAN reunidos en Lisboa se comprometieron el sábado, tal y como estaba acordado de antemano, a comenzar el proceso de transferencia de responsabilidades en materia de seguridad a la Policía y al Ejército afganos a partir del próximo año y concluirlo a finales de 2014.
Los talibanes volvieron a reclamar una retirada inmediata de las tropas extranjeras, considerando que fijar su vencimiento en 2014 es «una decisión irracional que prolonga una guerra carente de sentido».
El sábado, los talibanes ya reaccionaron al anuncio de Lisboa, destacando que la OTAN estaba «condenada al fracaso».
Los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN dieron su aval a la estrategia de salida de la mayor parte de sus 150.000 soldados, aunque mantienen a largo plazo su apoyo al Gobierno de Kabul.
El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó el sábado que la OTAN logró «romper la esperanza» de los talibanes. Un responsable de la Casa Blanca, sin embargo, reconoció que la OTAN tendrá que hacer frente todavía a duros combates en Afganistán, mientras que los talibanes volvieron a prometer que derrotarán a los occidentales.
En este contexto, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, declaró a la CBS que el presidente afgano, Hamid Karzai, «apoya plenamente» la estrategia de Washington en el país asiático, a pesar de las recientes críticas a la presencia militar estadounidense que el mandatario afgano realizó en «The Wa-shington Post».
Karzai criticó especialmente las operaciones de los cuerpos especiales estadounidenses, que, a su juicio, exasperan a los afganos y podrían reforzar la insurrección talibán.
Según Clinton, el comandante de las fuerzas occidentales en Afganistán, el general estadounidense David Petraeus, y Karzai «trabajan en estrecha colaboración» y añadió que el presidente afgano no ve ningún problema en que se mate a un líder talibán en un operativo, sino que desea que los daños que padecen los civiles sean los menores posibles.
Al-Qaeda asegura haberse gastado sólo 4.200 dólares [3.070 euros] en el envío de dos paquetes bomba desde Yemen a EEUU, interceptados el mes pasado en Gran Bretaña y Dubai, según publica en el último número de su revista «Inspiración», colgada en webs islamistas.
En la edición de noviembre, difundida ayer, la red islamista señala, además, que dará «los detalles técnicos del dispositivo a los muyahidin de todo el mundo para que lo usen en sus respectivos países» y lo trasladen a aviones de pasajeros.
La publicación, dedicada exclusivamente a un monográfico de 23 páginas sobre los ataques frustrados, detalla que para la «Operación Hemorragia» se adquirieron dos teléfonos móviles Nokia por 300 dólares [219 euros] y dos impresoras HP por 600 dólares [438 euros].
Los gastos de envío, transporte y varias partidas más no precisadas sumaron un presupuesto total de 4.200 dólares [3.070 euros], un desembolso que Al-Qaeda compara con «el indudable coste de miles de millones de dólares para EEUU y otros países occidentales en nuevas medidas de seguridad».
Además, la revista, cuya autenticidad no ha podido ser verificada, señala que en la preparación del fallido ataque trabajaron seis de sus militantes, «que terminaron costando a Occidente cientos de miles, sino millones, de horas de trabajo en un intento de protegerse de los paquetes de la muerte», que fueron enviados desde Yemen a través de las empresas de mensajería estadounidenses UPS y FedEx. GARA
