Es posible que el relativo éxito de Eduard Punset y su programa «Redes» haya contribuido a que la televisión, como medio, sea considerado un instrumento bastante útil para la difusión de la ciencia. O mejor digamos, las ciencias. En casi todas las cadenas, especialmente las públicas, existen programas que se acercan de manera más o menos profunda a asuntos relacionados con las ciencias. Lo que más se estila es hablar de las aplicaciones científicas a la vida cotidiana, ya sea con aportaciones al mundo de internet, de las redes sociales, de los usos de los electrodomésticos o si me apuran, en muchos tramos de las teletiendas en los aparatos de toda índole que se nos intenta vender siempre vienen, supuestamente, avalados por estudios científicos, al igual que los detergentes para nuestras lavadoras.

Dan ganas de preguntarse sobre el propio concepto ciencia, ya que se incurre en banalidades muy propicias a la confusión o se obvian circunstancias científicas que tienen una importancia superior, aunque sea en la aplicación de estudios científicos de gran importancia en asuntos tan ordinarios como es marcar un número en nuestro teléfono celular o frenar de repente con nuestro automóvil sin que den bandazos incontrolables. Así que convivimos con las ciencias y hasta con las letras.

En La 2 emiten varios programas de nuevo cuño dedicados a las ciencias. El ya mencionado «Redes», con ese gran comunicador que convierte las disquisiciones más inverosímiles en un asunto cercano que hace sentirse a los telespectadores concernidos por esos viajes al interior de la mente humana o los avances en lo nuclear, convive con otros, más modestos en sus formas, más divulgativos como «Científicos de frontera» dedicado no tanto a difundir los descubrimientos o las investigaciones más avanzadas, sino en las personas que los hacen, como sucedió la noche del domingo con Andreu Mas-Colell, economista que tras repasar su vida mostró su análisis de la crisis actual. Es pues un programa para humanizar la ciencia y la investigación. Quizás para despertar vocaciones a través de estas personalidades realmente tan interesantes que han dedicado su vida a la ciencia.