Al menos 339 personas murieron ayer en una avalancha que se registró en un puente de Phnom Penh mientras millones de personas se congregaban en la capital de Camboya para la conmemoración anual de la Fiesta del Agua, según declaró el primer ministro camboyano, Hu Sen, a la emisora Bayon TV.

En su primera comparecencia, el mandatario señaló que la cifra de muertos era de 180, aunque advertía de que el balance podía aumentar. Horas después, la televisión pública informó de que los muertos eran al menos 287, destacando que la mayoría de los fallecidos eran mujeres.

Un fotógrafo de la agencia France Presse pudo haber al menos 50 cadáveres tendidos cerca del puente que une Phnom Penh con Koh Pich, una mejana en el río Mekong en la que se celebran los actos del último de los tres días de la Fiesta del Agua.

Tras la avalancha, pudieron escucharse en Phnom Penh las sirenas de decenas de ambulancias que se dirigían al lugar de los hechos.

Numerosas personas se reunieron a las puertas del Hospital Calmette, muchas de ellas llorando, según informó France Presse.

Millones de camboyanos acuden estos días a Phnom Penh para asistir a las regatas, a los conciertos y a los fuegos artificiales de la Fiesta del Agua.

Principal festividad

Esta festividad es una de las mayores conmemoraciones que se celebran en Camboya. Su origen tradicional es la voluntad de dar gracias al río Mekong, que otorga al país asiático tierras fértiles y abundante pescado, y supone además el fin de la temporada de monzones.

La avalancha de ayer es «la mayor tragedia» que jamás se haya registrado en la Fiesta del Agua, declaró un responsable municipal de Phnom Penh.

Fuentes de los servicios de emergencia camboyanos indicaron que decenas de personas se arrojaron a las aguas del río Mekong en un intento desesperado de huir de la avalancha humana.

Según diferentes versiones de testigos, la avalancha humana se produjo cuando a causa del apelotonamiento, el intenso calor y la humedad, numerosas personas se desvanecieron y otras intentaron abrirse camino para escapar del tumulto.