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Crónica | XXII Villa de Bilbao

Por primera vez en sus veintidós años, seis grupos vascos en las finales del Villa

No es que la música vasca tenga presencia mayoritaria en las finales de pop-rock y metal, es que es absoluta. Tres vascos en pop-rock: Mobydick, The Riff Truckers y Yellow big machine; y otros tres en metal: Steel Puppets, Hiverland y Gamora. ¿Éxito de la escena local?

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Pablo CABEZA

El 23 de diciembre se inició en Bilborock la 22 edición del Villa de Bilbao. Aquel día dos bandas de Euskal Herria estuvieron muy bien, &The Fans (Gipuzkoa) y The Astrovandals (Nafarroa), y ninguna de las dos ha conseguido colarse en la final, así que cabe pensar que el nivel local ha sido elevado.

La cuestión es que se puede hablar de un buen nivel medio local y un descenso de la calidad de las bandas presentadas de fuera, tanto españolas como internacionales. Si a esta situación se le une un -imaginemos- «encaso de duda, barrer para casa» o «si los de fuera no apabullan, mejor con los de aquí», la suma de los votos del jurado decide: que todos sean vascos. En cualquier caso, al menos en pop-rock, el resultado podría haber sido más plural geográficamente, ya que no sólo los tres son vascos, sino bizkaitarras, cuando, además de los señalados en el inicio, Krell y Madeleine, ambos de Donostia, también tuvieron un papel destacado.

Final pop-rock

El caso más extraño de llegada a la final de pop-rock es el de Mobydick, no porque no se lo haya merecido con su propuesta, sino por ser un solista sin banda, a pelo. De hecho, Eneko Burzako es el primer solista, en esta sección, que llega a la final sin banda de acompañamiento y casi sin micro, puesto que en algunos pasajes de su media hora de concierto cantó fuera de micro llevado por la intensidad y el ímpetu de su propuesta. Eneko Burzako es un desconocido pero, repasando historial, su nombre aparece como guitarrista de Nun, formación, como él, de Getxo. Además, también actuó en la carpa Vodafone del año pasado en el BBK Live. Canta como un Eddie Vedder (Pearl Jam) sin domesticar, pero lo curioso del asunto es que Eneko no es seguidor de la banda de Seatle ni de Vedder. Su actuación fue un torrente y ya se percibió que iba para finalista.

Un viernes 30 de setiembre se trasladaron de Gernika a Bilbo The Riff Truckers. Banda a la que seguimos la pista desde que hará tres o cuatro años tuvimos la ocasión de verles por primera vez en Gernika. El quinteto es efectivo en todas sus líneas, con un vocalista despierto y con gran sentido del escenario, Bilborock ni el concurso les intimidaron y The Riff Truckers consiguieron un clima de rock and roll irrebatible. Hay bandas más finas, más arriesgadas, más apuestas, pero estos músicos de Gernika van con machete, y Whiski, hacia su público. Ellos son Gorka Roman (voy y guitarra), Beñat Retolaza (guitarra), Iker Ramos (bajo), Kerman Albarez (guitarra) y Jon Rio (batería).

En el último día de la fase previa de pop-rock actuó la tercera banda que llegaría a la final, los bilbainos Yellow Big Machine, formación que apuesta por el sonido áspero, sucio y crispado al uso de bandas que en los noventa vivieron sus mejores días (Pixies, en especial, Pavement o Sonic Youth). Su set fue intenso, vital y de sonido muy visceral. A su favor la excelente asimilación de los noventa, en su contra, precisamente, el desfase temporal y cierto agotamiento del género, aunque lo importante siempre serán las canciones. YBM son Sergio Gil (bajo), Pablo Moreno (guitarra), Álvaro Luna (guitarra) y Roberto Villar (batería).

Final metal

Tras varios años previos de quiebra en el metal, poco público y reiteración estilística, el año pasado la sección metálica del Villa se recuperó de la caída libre. Tanto que contó con numerosos llenos. Este año la tendencia se ha consolidado y, aunque la percepción es de un leve bajón, todo parece indicar que el metal está regresando a la vida. El primer concierto se celebró el 8 de octubre. En ese bombo se encontraba Steel Puppets, formación de Barakaldo-Bilbo en onda death-core. Su juventud, su buena puesta en escena y su frescura condujeron a la final a Adah (voces), Kev (guitarra solista), Pepo (guitarra rítmica), Carc (bajo) y Swim (batería).

Gamora se formó en 2007 entre las localidades de Errenteria y Oiartzun. En tres años, más la experiencia acumulada en proyectos anteriores, Gamora despunta en Gipuzkoa. En Bilborock se mostró con un grupo sólido, potente y demoledor. Siguen las pautas de brutos como Gojira o Chimaira. Pura explosión. Gamora son: Igor Arruabarrena (bajo), Olmo Cascallar (guitarra), Julen Lusar (batería) y Joseba Martín (Voz)

Hiverland, de Donostia, serán el lado melódico del jevi metal. Aportan introducciones melódicas casi siempre apoyadas en teclas (pregrabadas en la actuación del concurso) y caña, siempre buscando el sonido clásico del metal vía Iron Maiden, Helloween o líderes del power metal. Buenos instrumentistas, esmero en los estribillos y dos guitarras solistas con las cosas y los fraseos muy claros, tendiendo, en numerosos momentos, al doble punteo. Hiverland son Arkaitz Zayas (voz), Unai Iglesias (guitarra), Aritz Salaberria (bajo), Pablo Ocampo (guitarra) y Bjorn Mendizabal (batería).

Bajo estas circunstancias, dura competencia, fuerzas niveladas y bandas locales, Bilborock vivirá este fin de semana, hoy y mañana, dos jornadas intensas y hasta la bandera de público, previsiblemente. Entrada libre y 20.00 horas.

 

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