CRíTICA flamenco
Paco de Lucía continúa siendo una leyenda
C. VELÁZQUEZ-GAZTELU
La propuesta de Lucía con la que disfrutamos el pasado miércoles fue un remake de su última aparición en público, hace ya cinco años, justo después de lanzar “Cositas buenas”. Además, en el Euskalduna sólo pudimos disfrutar de una parte de los músicos titulares que suelen acompañarle en su actual gira. Se contó con el baile de un renovado Farru (hermano de Farruquito), y los pies y el zapateao fueron los protagonistas; reclamo para los vítores fáciles del público. A la segunda guitarra estuvo el sobrino del propio Paco e hijo de Pepe de Lucía, Antonio Sánchez, donde, en algunos momentos, su timidez a las seis cuerdas nos hizo recordar que “El Niño Josele”, el anterior guitarrista, podría ser en estos momentos el tocador idóneo para una propuesta de esta índole.
Paco nos propuso un concierto de casi dos horas de duración, con un intervalo de quince minutos, siendo temas del “Cositas buenas” y del “Zyriab” los que protagonizaron la propuesta.
El recital empezó con unas rondeñas en solitario, seguido, ya con los músicos en escena, de unas soleás por bulerías, bulerías... y alegrías de Cádiz. Rematando la primera parte con “Canción de amor”.
Paco se mostró en todo momento humilde, dejando espacio para sus músicos, como si él no fuera uno de los mejores guitarristas del mundo, que por allí también estaban Alain Pérez, al bajo, “El Piraña”, a la percusión, y Antonio Serrano a la armónica. Tres pilares fundamentales del actual grupo de Paco y del actual panorama jazzístico-flamenco.
La segunda parte se compuso de tangos, tanguillos, seguiriyas (para el baile) y fandangos, para rematar la faena con el prodigioso “Zyryab”, donde cada músico contó con su propio solo.
La base de la noche fue la creación de estructuras melódicas, rítmicas y armónicas perfectamente coherentes, con constantes guiños al flamenco más ortodoxo.
La voz camaronera del catalán Duquende y de David de Jacoba, que sustituyó a David Maldonado, fueron la nota obligada con sabor a homenaje. En este punto échamos muy en falta la voz y figura de la Tana.
Aunque ya cansado de la actual e intensa gira, Paco de Lucía dejó claro que sigue siendo la misma leyenda de siempre.