Contagio de la crisis irlandesa
El miedo financiero extiende las dudas hacia el Estado español
Demasiado grande para caer, demasiado cara para ser rescatada. La economía española se sitúa en el foco del miedo financiero. Una vez que Grecia ha tenido que ser rescatada y puesta bajo tutela e Irlanda ultima la fórmula y la cuantía de la ayuda que recibirá, la siguiente ficha del dominó sería Portugal, pero la preocupación se dirige hacia la solvencia del Estado español, lo que hace dudar de si el fondo que la UE diseñó para eventuales rescates será suficiente.
GARA | MADRID
Desde que estalló la crisis griega no ha cesado de escucharse, desde Madrid a Bruselas, la idea de que «España es diferente». Instituciones y cargos políticos y económicos han venido insistiendo en que la situación de la economía española es diferente a la griega, pero también a la irlandesa, que también será rescatada, e incluso a la portuguesa.
Pero cada vez son más las voces de alarma sobre la solvencia española. La bolsa sigue en tendencia bajista, y los intereses que el Estado español debe pagar para colocar la deuda son cada vez mayores. Ayer la prima de riesgo de los bonos españoles a 10 años frente a sus homólogos alemanes pulverizó su récord al tocar 250 puntos básicos, el máximo desde la creación del euro en 1998, según datos recogidos por Efe, aunque al cierre se relajó.
El director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina, reconoció ayer que la economía española puede llegar a ser otra víctima de los mercados y tener problemas para financiarse en el exterior, a pesar de que su situación diste de la de Irlanda o Grecia, porque hay economías que se colocan «en el foco de tensión» y se pueden llegar a cumplir las profecías.
Para muchos expertos, el Estado español es demasiado grande para caer, pero a la vez, resultaría demasiado caro salvarlo con préstamos. Para rescatar a Grecia fueron necesarios 110.000 millones de euros. En Irlanda se negocia en estos momentos un plan entre 80.000 y 90.000 millones. Pero el caso español adquiere una dimensión muy diferente y podría llegar a los 500.000 millones, según Cornelia Meyer, presidente de la sociedad MRL Corporation, según informó France Press. «Después de Irlanda, tenemos Portugal y después España y España será el pez gordo», estimó. Fernando Hernández, responsable de gestión del banco Inversis, cree que si la bolsa portuguesa acusa menos la situación que la española es porque los mercados ya han asumido que Portugal es el siguiente en la lista para pedir ayuda a la UE y al FMI.
El PIB español es alrededor de cuatro veces el irlandés, y serían necesarios cientos de miles de millones de euros para rescatar al Estado español, prácticamente agotaría todo el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera de 750.000 millones, según Hernández. Los analistas de Saxo Bank anticipan que Madrid pedirá ayuda en 2011, pero que el fondo europeo no cuenta con la magnitud suficiente, por lo que se verá obligado a firmar acuerdos bilaterales con Alemania o el Estado francés, sus principales acreedores.
Rafael Pampillon, economista del IE Business School de Madrid, recuerda que la economía española supone el 12% de la zona euro, mientras Irlanda, Portugal y Grecia suman en conjunto el 6%. La quiebra del Estado español supondría un duro golpe para toda la zona.
Ayer, el presidente de la patronal bancaria AEB, Miguel Martín, aún insistía en la idea de que «España no es Irlanda».
Todo el ajuste en el paro
Pero la economía española presenta debilidades evidentes, como la exposición aún no destapada de su banca a la burbuja no inmobiliaria y, sobre todo, el elevado nivel de desempleo. La Comisión Europea considera que el Estado español es el único socio de la UE donde todo el ajuste de la crisis se ha hecho destruyendo empleo, lo que se ha traducido en un aumento de la tasa de paro desde el 8,3% en 2007 hasta el 20,8% en la actualidad, el doble que la media comunitaria.
Aunque en menor medida, también Irlanda y Portugal han afrontado la recesión incrementando el paro, según se destaca en el informe anual de empleo publicado ayer por el Ejecutivo comunitario.
En el extremo contrario, Alemania, Austria y Bélgica reaccionaron a la crisis reduciendo las horas por trabajador y la productividad por hora, lo que ha tenido un «efecto positivo» en el empleo y permite a estos países «empezar la recuperación en la mejor posición», explicó el comisario de Empleo, László Andor, en rueda de prensa recogida por Efe. En un tercer grupo se encuentran Gran Bretaña y Países Bajos, que se han ajustado reduciendo el empleo y la productividad por hora en lugar de disminuir la media de horas trabajadas por empleado.
Según Bruselas, los factores claves que explican el mayor aumento del paro en algunos estados miembros son la importancia de la construcción, uno de los sectores golpeados con más fuerza por la crisis -y que acapara una proporción especialmente alta del empleo en Irlanda o el Estado español-, y la alta tasa de trabajadores con contratos temporales, que pueden ser despedidos fácilmente.
Por otro lado, el presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Axel Weber, reconoció la posibilidad de tener que ampliar la aportación de los países de la eurozona al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera en el caso de que fuera necesario. «750.000 millones de euros deberían ser suficientes, pero si no lo fueran, se podrían aumentar», dijo Weber, admitiendo así que no podría costearse la caída del Estado español, una opinión compartida ayer por el diario «The Wall Street Journal».
Fondo suficiente
Pero la Comisión Europea replicó que el fondo de rescate «está bien financiado y preparado para ser utilizado si es necesario y se pide». «No hay discusiones en este momento en esa dirección», dijo el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. «Está claro que hay nervio- sismo en los mercados, pero está muy extendido, no apunta únicamente a un solo país», señaló Altafaj al ser preguntado por si el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, compartía el análisis del vicepresidente, Joaquín Almunia, de que Madrid debe despejar «cuanto antes» las dudas de los mercados.
El presidente del Fondo de rescate, Klaus Regling, afirma que «el hecho es que sólo Irlanda ha pedido la ayuda. Pero los tipos de interés aumentan también en otros países de la periferia de Europa. Los problemas son diferentes cada vez, pero el fondo de rescate será suficiente para todo el mundo», declaró al semanario alemán «Bild».
El director de coyuntura económica de la Fundación de Cajas de Ahorro, Ángel Laborda, descartó que el Estado español vaya a necesitar un rescate internacional, pero admitió que la situación es «complicada» y pidió al Gobierno que acelere las reformas pendientes, entre ellas, la de las pensiones.
Por otro lado, el Gobierno portugués se mostró ayer decidido a mantener su política económica de recortes sociales a pesar de la euforia sindical por los resultados de la huelga general del miércoles.
En Irlanda, la oposición se desmarcó del drástico plan de ajuste presentado por el Gobierno para recibir la ayuda de la UE y el FMI y advirtió de que lo cambiará si gana las elecciones, que se celebrarán una vez se complete el proceso de rescate de la economía del país.
En medio del clima de miedo al contagio de la crisis irlandesa, el Gobierno español ha invitado a 37 representantes empresariales a acudir mañana al Palacio de la Moncloa con con el fin de mantener una reunión con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, para analizar la situación económica. Ayer el Ejecutivo amplió a siete empresas más la invitación que había enviado a una treintena de empresarios. El objetivo del encuentro, es movilizar la economía y la inversión española, a través de la apertura de nuevas mercados, consiguiendo nuevos pedidos en el exterior a través del Ejecutivo.
Entre las treinta empresas que ya habían recibido la invitación estaban los principales bancos del país: Santander, BBVA, Popular, La Caixa y Caja Madrid.
También cuentan con una presencia relevante compañías energéticas y de comunicación, como Repsol-YPF, Gas Natural-Unión Fenosa, Iberdrola, Endesa, Gamesa, Cepsa, y Telefónica, y las principales constructoras: Acciona, ACS-Dragados, FCC, Ferrovial, OHL y Sacyr-Vallehermoso.
También se ha incluido a los representantes de otros sectores empresariales como los presidentes de El Corte Inglés, Inditex, Indra, Iberia, Ebro Foods, Grifols, Mapfre, Mercadona, Mondragón Corporación, Sol Meliá, y Telecinco, además de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ANFAC. Ayer se añadieron a este listado Globalia, Banco Sabadell, Abertis, Hispasat, Hoteles RIU, Grupo Planeta y Técnicas Reunidas.
Casi todas las empresas estarán representadas en la Moncloa por su correspondiente presidente, y sólo en algún caso aislado acudirá su vicepresidente o consejero delegado. Algunos de ellos forman parte de grupos empresariales comunes, como Repsol y La Caixa o Gamesa e Iberdrola,
De estas empresas, 16 respaldaron el documento «TransformaEspaña» patrocinado por la Fundación Everis, que plantea aprovechar la situación de crisis para construir un nuevo modelo-país. Este texto fue enviado al Rey español el pasado lunes, pero no al Gobierno.
El sombrío panorama llevó ayer a que el Gobierno divulgara la reunión que el Rey mantuvo en el Palacio de la Zarzuela con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, para analizar el momento económico, caracterizado por el acoso de los mercados a varios estados europeos, entre ellos el español. GARA
El secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, exigió ayer al Gobierno español que diga la verdad sobre el coste de la deuda soberana y no haga como Grecia, que mintió sobre los ataques especulativos o Irlanda, que, según él, parece que va a tener que decir «otra verdad». El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero respondió que no va a perdonar al PP que mine la confianza en el país y que salga siempre al exterior en busca de un referente. El consejero de Economía y Hacienda navarro, Álvaro Miranda, echó un capote al Gabinete Zapatero al mostrarse escandalizado por las palabras de González Pons, que consideró de «las mas inoportunas y malévolas de las pronunciadas en este país en muchísimos años». «Cuando el segundo partido de este país pone en cuestión la veracidad de las cuentas públicas españolas nos puede pasar cualquier cosa», afirmó. GARA
La UE repetirá a principios de 2011 los test de resistencia de la banca, con una metodología mejorada. La Comisión Europea reconoció que los test de julio no detectaron los graves problemas de los bancos irlandeses, en el origen del colapso financiero del país.
El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, insinuó que en el Estado español podría haber elecciones generales anticipadas «en fechas no muy lejanas» debido a la crisis de deuda soberana.
Según el «Financial Times Deutschland», el BCE y los países de la zona euro presionan al Gobierno portugués para que solicite el rescate de la UE y el FMI, para evitar el contagio al Estado español, dada la exposición de los bancos españoles a la deuda portuguesa.
El presidente de Banca Cívica, Enrique Goñi, advirtió de que «estamos casi en la antesala de una nueva crisis de liquidez que será determinante» para el futuro del sector financiero.