Hay fórmulas televisivas triunfadoras, que nunca fallan. Si nos atenemos a lo que se nos ofrece al alcance de nuestro mando a distancia, la que más se prodiga actualmente es España o Euskadi o Andalucía o Castilla-La Mancha en directo. En las televisiones públicas pertenecientes a los gobiernos de esas comunidades autónomas, más la estatal, se ofrece este tipo de programa en el que aparentemente la actualidad entra en directo a nuestro salón de estar o a nuestra cocina, ya que los horarios suelen coincidir con los momentos en los que se están preparando las comidas o las cenas familiares.

¿Y qué tienen en común? Pues que son la misma cosa, que saben mezclar perfectamente el directo, el falso directo y el enlatado, que buscan un lenguaje sencillo y dicharachero, que buscan encontrarse de que parezca casual con los asuntos más dispares y que llamen mucho la atención y que visitan fogones, ya sean profesionales, es decir de hoteles o restaurantes, o de casas de ciudadanos privados, siempre con un tono cómplice. Y otra cosa, que los produce Mediapro. ¿Y quién es Mediapro? Pues nada más y nada menos que la productora de señor Roures que es el mandamás de La Sexta, el periódico Público, que tienen sus pleitos con Prisa por el fútbol ya que se tienen los derechos de la mayoría de los clubes. O sea, que nada es casual. Porque si se han fijado en todas las cadenas que se han mencionado en el primer párrafo, existe otra coincidencia: la mayoría parlamentaria es del PSOE o sus apaños.

La verdad es que la fórmula funciona. Y tiene sentido. Acercar la noticia, interesarse por los asuntos más inmediatos, fuera de las tensiones políticas partidarias, con especial atención a lo más social. Pero como la fórmula se repite hasta la saciedad, cada día, y en cada lugar donde se emite, quien viaja un poco, nunca sabe dónde está, porque no aplican ninguna variante: es como si mantener el mismo estilo, el mismo modelo de lenguaje, la misma rotulación fuera su distintivo. Encontrar una receta diaria, un reportaje sorprendente, es una labor muy difícil. Lo curioso es que su aceptación en número de audiencia es bastante desigual siendo lo mismo.