La fragmentación independentista impedirá catalizar las aspiraciones populares
El descontento generalizado de la sociedad catalana se reflejará en las primeras elecciones tras la sentencia del Tribunal Constitucional español sobre el nuevo Estatut. Un descontento que evidencia la insuficiencia del sistema autonómico para los catalanes. Sin embargo, los partidos políticos no han sido capaces de catalizar ese descontento y el claro aumento de la opción independentista. Se prevé una clara victoria pero sin mayoría absoluta de CiU, un partido que prima la gobernabilidad del Estado y con un considerable margen en sus negociaciones. Los partidos del actual tripartito acusarán el desgaste sufrido en el gobierno, y ERC además sus escisiones. Las otras fuerzas independentistas, Reagrupament y Solidaritat, adolecen de una total indefinición en el aspecto social, y dudosamente recogerán las aspiraciones soberanistas en su dimensión real. La izquierda independentista, por último, no concurre a estas elecciones, por el momento dedicada por completo a fortalecer el independentismo de izquierdas a nivel municipal. Un panorama político marcado por el gran apoyo popular al independentismo y, al mismo tiempo, por la fragmentación de las fuerzas independentistas.