En la obra «Duda razonable» -de la compañía Vaivén-, al igual que en la vida real, «nada será lo que parece», opinó ayer en Donostia Ana Pimenta, actriz que interpreta a Olga, una mujer que quiere ayudar a otra a denunciar los malos tratos que parece ser que sufre. La función, que se estrena a las 20.00 en el Victoria Eugenia, parte de una llamada telefónica en la que un hombre profiere amenazas a su pareja. Sin embargo, no es éste el tema central: «A partir de unos hechos que ocurrieron de verdad, analizamos la influencia de lo público y lo privado, la necesidad o no de intervenir cuando uno quiere o no ser ayudado y, hasta dónde tienes el derecho a inmiscuirte. Se habla de la violencia machista, pero no queríamos dar una visión plana. Todos tenemos más trapos sucios de los que reconocemos».

Marcial Álvarez, Mariano Venancio y Marta Póveda completan el elenco. Entre los cuatro formarán una red de verdades y mentiras que dan a la obra un «ritmo endiablado». «No pretendemos dar una lección ética -aseguraba Venancio-, diría más bien que se trata de un thriller ético con claroscuros». Los personajes serán puestos a prueba y se encontrarán en situaciones «que ni ellos mismos se imaginaban. Todos llegarán al límite», añadía Póveda.

Será como jugar al despiste, pues la telaraña de las medias verdades «llevará al espectador a querer buscar al malo de la película -explicaba el guionista, Borja Ortiz de Gondra-. «La tensión durará hasta el final porque `el nombre' se desvela en la última escena».

Mañana habrá una segunda sesión, también a las 20.00.