Elecciones al Parlament de Catalunya
«Hay condiciones para un gobierno en solitario con pactos puntuales con PP y PSC»
Diputado y coordinador de la campaña de CiU
Francesc Homs (Vic, Osona, 1969), es uno de los nuevos valores del equipo de Artur Mas. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona, es diputado desde 2003, fue ponente del Estatut cercenado por el Consitucional español y se ha encargado de coordinar la campaña de CiU para las elecciones al Prinicipat. Tras dos asaltos fallidos a la Generalitat, su nombre suena para alguna de las consellerías de mayor relevancia.
Alberto PRADILLA | BARCELONA
CiU se ha ido creciendo conforme la campaña electoral avanzaba. Con el tripartit (PSC, ERC e ICV-EUiA) fuera de juego, ha marcado el debate político y lo ha situado en torno al concierto económico, que ha dejado de lado la defensa del Estatut tumbado por el Constitucional español. Eso sí, ni su candidato, Artur Mas, ni sus colaboradores dan pistas sobre cuál será la formación sobre la que se apoyaría su gobierno en caso de no llegar a la mayoría absoluta.
Después de siete años de oposición, CiU vuelve al gobierno.
No sé, no está nada ganado [risas]. No lo doy por seguro. Es la tercera vez que el actual equipo de Artur Mas nos presentamos, hemos ganados las dos anteriores y no hemos gobernado.
Precisamente por este motivo, estarán ya pensando en futuras alianzas, ya que ninguna encuesta les da la mayoría absoluta. ¿Han definido ya un socio prioritario?
Se puede gobernar solo sin mayoría absoluta. Creemos en la necesidad del cambio de gobierno por dos razones: para hacer frente a la crisis y para iniciar la senda en torno al derecho a decidir. Esto requiere un gobierno fuerte.
¿Cree que el PP aceptará este planteamiento sobre el derecho a decidir?
Eso se lo tendrá que preguntar al PP.
Se lo planteo de otra manera. ¿Pactarían el apoyo externo del PP?
No lo sé. No me lo planteo viendo lo que están diciendo, no sólo en cuanto al tema del derecho a decidir, sino por su posición ante Catalunya y, especialmente, la cuestión de la lengua. Ellos sabrán. No nos preocupa lo que dicen el PP y el PSC, que están a la par en esta cuestión. Los populares llevan las leyes lingüísticas a los tribunales y el PSC aprueba un decreto donde impone una hora más de castellano en nuestra escuela, que está basada en la inmersión lingüística en catalán. PP y PSC están a la par, como ocurre en otros lugares del Estado español.
Pero, sin mayoría absoluta, necesitarán apoyos.
Esto de la mayoría absoluta es relativo. Al final, puede haber un Parlament con siete u ocho formaciones y con CiU como gran fuerza central en medio. La posibilidad de geometría variable es tremenda. En estas circunstancias, no necesitas pactar establemente con nadie.
No obstante, no descartan llegar a pactos puntuales con PP y PSC.
Claro que no. Hay proyectos de elementos de contingencia, que no son estructurales, que sin necesidad de negociar, saldrán. Estamos en condiciones de plantear un gobierno en solitario, aunque no tengamos técnicamente la mayoría absoluta. Si planteamos suprimir el impuesto de sucesiones, estoy seguro de que el PP nos vota. Si planteamos desbloquear el cuarto cinturón de Barcelona, nos apoyará el PSC. En un planteamiento estructural, no veo posibilidad de acuerdo ni con PSC ni con PP.
Una de las fórmulas que se baraja, que ya fue utilizada por Jordi Pujol, fue la de buscar el apoyo del partido que gobierne en Madrid.
Esto es un mal negocio. Si apoyas un gobierno en Madrid, del color que sea, para que ellos te apoyen, es un empate, no para hacer cosas. Con lo cual, te quedas sin margen de maniobra para aquello que te has presentado, que es conseguir cosas para Catalunya.
Cambiando de tema, la legislatura que termina ahora ha estado marcada por los rumores acerca del Estatut. A pocos meses para las elecciones, el Constitucional español recortó la norma aprobada por la ciudadanía catalana en referéndum. Sin embargo, esta cuestión ha desaparecido del debate de campaña. ¿Por qué?
Para algunos hay interés en que desaparezca. El líder del PSC, José Montilla, ha pasado de ir de una manifestación con el lema «Somos una nación, tenemos derecho a decidir», a poner pancartas contra el independentismo. Tampoco al PP le interesa el debate. Además, el efecto de la crisis económica es muy duro, es lógico que cambien las prioridades. Lo más urgente en Catalunya es ayudar a quien está padeciendo la crisis. Pero lo más importante es el debate sobre la viabilidad de Catalunya como nación.
Ustedes han reconvertido la reivindicación estatutaria en la demanda de un concierto económico.
Eso no es así. En noviembre de 2007, Artur Mas realizó una conferencia, con toda solemnidad, en la que planteó que defenderíamos el Estatut mientras que no se lo cargase el Constitucional. Pero señalamos que, si se cargaban el Estatut, plantearíamos la cuestión de forma distinta. Ahora hablamos sobre el derecho a decidir. Nuestra prioridad no es recuperar lo que se ha cargado el Tribunal. Cogeremos aquellos temas que unan más a los catalanes y los plantearemos en términos democráticos. Ya encontraremos las soluciones jurídicas. Hemos escogido la gestión de nuestros propios impuestos a través de un modelo parecido al concierto o al convenio. Éste es el hilo conductor de nuestro planteamiento. Por eso hablamos de derecho a decidir y una estación, que forma parte de un trayecto, que es la idea del concierto.
Su formación fue la que pactó el contenido del Estatut en La Moncloa. Tras la sentencia del Constitucional español, ¿cree que José Luis Rodríguez Zapatero les traicionó?
Traicionó sobre todo a Catalunya. Prometió que apoyaría el Estatuto que saliese del Parlament y no fue así. Ha traicionado y ha engañado a un sinfín de gente en toda España. Éste es el estilo, ya descubierto, de Zapatero. Los últimos en enterarse fueron los sindicatos hace unos meses.
Pero en esa reunión el presidente español prometió a Artur Mas que le facilitaría el camino a la Generalitat. Y eso no ocurrió.
Ha habido interés por presentarlo así, pero lo que nosotros pactamos en enero de 2006 fue el contenido del Estatut, nada más.
El portavoz de ERC, Joan Puigcercós, se ha mostrado partidario a pactar con CiU para negociar el concierto a condición de que, en caso de que se deniegue en Madrid, convoquen un referéndum de autodeterminación. ¿Cómo valora la posibilidad de una consulta?
En estos momentos, el planteamiento de la independencia divide al país en dos mitades. Así que debemos comenzar por lo que une, ya que la situación no está para complicar más las cosas.
No obstante, Catalunya vive un auge del independentismo.
CiU nunca había estado en esta senda y en ella estamos. Han cambiado las cosas. Algunos por convicción y otros, porque no hay espacio de desarrollo como nación en el seno del Estado. Llevamos 150 años de catalanismo planteando un proyecto de encaje de Catalunya como nación en el conjunto del Estado español. Cambiar un proceso así no se hace de un día para otro.
¿CiU tiene disposición a dar pasos hacia la independencia?
Lo que no vamos a hacer es a Montilla president. Hemos dado pasos hacia atrás. En nombre de la independencia se ha hecho a Montilla president. Esto es el mundo al revés. Nuestro programa para cuatro años sitúa la idea del derecho a decidir y la estación concierto, no la lectura de la Constitución. A partir de los siguientes cuatro años, no ponemos límites.
El 10 de julio Barcelona acogió una movilización histórica en la que participaron todas las sensibilidades del catalanismo. ¿La unidad se rompió el día 11?
Nosotros somos fieles, recogemos el lema de la manifestación.
Otra cuestión de la que se ha hablado poco: la corrupción.
Algunos lo intentan. Si no se habla, no debe haber, ¿no?
Ustedes ya han tenido algún caso.
No hay nada. Ni una sola decisión judicial. Lo que hay es prejuicios, juicios de antemano, presunciones. Pero desde el punto de vista judicial, no hay nada. Nos señalan, nos acusan aquellos que, como el PSC, tienen ediles imputados por el juez.
¿No cree que casos como el del Palau provocan la desafección de la ciudadanía hacia la clase política?
Hay partidos, como el PP y el PSC, que juegan a desprestigiar la política catalana porque les interesa que esté débil, que no haya debate político y todo sea anécdota. Como si esto fuese el circo. Por eso hacen campaña a base de vídeos y de tonterías. Les interesa que tenga un grado de participación nulo.
Recientemente, Artur Mas puso 2013 como fecha para aplicar el concierto y señaló que la negociación debería comenzar con el gobierno español que salga de las próximas generales. ¿Cree que una posible victoria del PP les facilitaría alcanzar este acuerdo?
No lo sé. En estos 30 años de democracia se ha demostrado que, en Madrid, a PSOE y PP, los argumentos no les importan para nada. El único lenguaje que entiende Madrid es el de la fuerza. En nuestro caso, fuerza democrática. Pero solamente fuerza. Cuando les conviene hablan catalán en la intimidad, pero no por convicción, sino por necesidad. Todos los presidentes de gobierno español han demostrado que para ellos no hay nada más importante que su propio cargo. Si un presidente depende de los votos de los nacionalistas catalanes ya sabe a qué atenerse, tendrá que darnos el concierto. Y si no, no tendrá nuestro apoyo. Desde el punto de vista de Catalunya, lo más parecido a un español de izquierdas es un español de derechas. No nos aceptan como somos dentro del marco de la Constitución, y nosotros no vamos a renunciar a cómo somos. Vamos a hacer nuestro propio trayecto. El único interrogante es la capacidad de cohesionar Catalunya hacia dentro.
¿Es la derrota de quienes planteaban un encaje amable en el Estado español?
Esto ya viene después del fallido golpe de Estado de 1981. Esto del Estado de las Autonomías, que se hizo para Euskadi y Catalunya, no tiene interés si no nos necesitan. La democracia en España se concibe como un mecanismo para llegar al poder. Pero no para ejercerlo. Cualquier planteamiento de carácter federal es inútil. Aunque ya es un gran avance que los dos partidos mayoritarios en España hayan entendido que para gobernar se tienen que presentar a unas elecciones y no matar a nadie. Pero ejercen el poder como siempre lo han ejercido, con el ordeno y mando. No con una lógica de cooperación. No se puede plantear más desde Catalunya este tipo de ideas federales.A. P.