La Disney estaba muy orgullosa de auspiciar las adaptaciones cinematográficas de «Las crónicas de Narnia», por su simobolgía cristiana y defensa de los valores de la familia tradicional. Pero no se han mantenido tan fieles como se esperaba a la obra del escritor católico C. S. Lewis, debido a la sencilla razón de que la saga no ha ingresado en taquilla las cantidades esperadas. «El león, la bruja y el armario» hizo una muy buena recaudación, a la que ya no llegó ni de lejos «El príncipe Caspian». Bastó por tanto el fracaso de la segunda entrega para que ya no quisieran saber nada de la tercera.

Ha sido la Fox la que se ha quedado con la franquicia, intentado abaratar costes, pese a un rodaje australiano y la construcción del galeón mencionado en el título. Diseñar y poner a flote El Viajero del Alba ya se llevó tres millones de dólares, dificultando el plan previsto para no pasar nunca de los cien millones de dólares finales. Misión imposible a la que se ha prestado el veterano Michael Apted, que ya ha pasado por la saga Bond y sabe muy bien lo que es manejar este tipo de presupuestos.

Otro gran problema para la Fox ha sido estrenar la película en 3D, formato obligado si se quiere competir en la cartelera actual. Pero ya se sabe que James Cameron se ha erigido en defensor de la supuesta pureza de la filmación estereoscópica, denunciando a todas aquellas producciones que no han sido rodadas en tal sistema. «Furia de titanes», e incluso «Alicia en el País de las Maravillas» han sido acusadas de una conversión fraudulenta al 3D en la postproducción para poder ser proyectadas como tales.

Michael Apted defiende que la conversión de «La travesía del Viajero del Alba» ha sido hecha con más tiempo y mayor cuidado visual que los precedentes mencionados.

Vencer a las tentaciones

En la mayoría de relatos épicos los héroes deben superar una serie de pruebas, pero en los del católico C.S. Lewis además deben de vencer a las tentaciones. Los niños de la familia Pevensie representan esa lucha contra el mal que acecha en todas partes, y en esta ocasión les toca pasar el exámen a dos nuevos hermanos, a Lucy y a Edmund.

El modo en que se introducen en las aventuras de Narnia es muy espectacular, pues ven como el cuadro que tienen ante si del galeón El Viajero del Alba se desborda inundando su habitación con el agua del mar que sale de la pintura. Una vez a bordo se encuentran con el Príncipe Caspian, que es el capitán que lleva el timón de la nave. El viaje cobra dimensiones mitológicas cuando les conduce a cinco islas con otros tantos misterios que resolver y otros tantos peligros que evitar, especialmente el de la niebla que se apodera de las mentes de los marineros.