El Mundial 2018 no estará en Euskal Herria, ¿y Euskal Herria en el Mundial?
La designación de la sede para el Mundial de Fútbol de 2018 fue seguida ayer con cierto interés también en Euskal Herria. En el caso de que la llamada Candidatura Ibérica hubiese ganado la puja, se da por seguro que una de las ciudades mundialistas habría sido Bilbo -que ya acogió encuentros en 1982- o Donostia. En las semanas previas, la atención se había centrado en la posibilidad de que la elección de la FIFA repercutiera directamente en la conversión del estadio de Anoeta en un campo de fútbol para 41.000 espectadores y sin pistas de atletismo. Por tanto, la designación habría abierto un debate social incómodo sobre la conveniencia de que las instituciones prioricen proyectos así -también lo han hecho en San Mamés Barria- en un contexto de crisis con necesidades más acuciantes.
Con la elección de Rusia, ese tren ha pasado de largo, pero queda otro que coger, indudablemente más barato y seguro que con más adhesión popular. El Mundial 2018 no estará en Euskal Herria, pero nadie dice que Euskal Herria no pueda estar en ese Mundial. La carrera hacia la oficialidad tiene ya una próxima estación: San Mamés, 29 de diciembre, contra Venezuela.