No son precisamente recién llegados, pero ni Markel Susaeta, ni Gorka Iraizoz saben lo que es disputar un derbi entre Real y Athletic. De ahí que aguarden el choque del domingo con ilusión. También con precaución, viendo cómo les va a los donostiarras, sobre todo en su estadio.

«Están sabiendo hacer valer el factor campo, su afición, su forma de jugar... Están muy acoplados allí y son muy fuertes», reconoció Iraizoz, para el que resulta especialmente llamativa la buena transición que está realizando la Real, pese al cambio de categoría. «Tenían un grupo muy asentado y con la llegada a Primera lo han sabido retocar con jugadores que tienen mucha entrega, mucha calidad y goleadores. Eso ha dado más empaque al equipo y lo ha hecho más peligroso», destacó.

Tampoco ahorró elogios Susaeta, que coincidió en que los donostiarras «están muy fuertes en casa. Es un equipo que está bien colocado en el campo, que entra bien por las bandas, es rápido, tiene gol...». Y nombres propios, que tampoco faltan. «Griezmann está a gran nivel, con chispa y con gol, pero no es el único en el que hay que fijarse. Xabi Prieto y Zurutuza también están muy bien, hay que estar atentos a ellos».

El centrocampista rojiblanco, además, tiene claro que su rival llega motivadísimo a la cita. «Ellos están con ganas. Al terminar el partido que tuvieron hace dos semanas ya hablaban del derbi, están hablando desde hace mucho tiempo», recordó, aunque reconoció que «nosotros estamos también con ganas, igual o más que ellos».

No sólo porque se trate de un derbi. Pese a la victoria inaugural, los resultados no están acompañando al Athletic lejos de San Mamés, lo que devalúa sus prestaciones como local. Así que la visita a Anoeta se presenta como una oportunidad, especialmente apetecible, para acabar con la mala racha. «Los últimos partidos que hemos jugado fuera han sido contra equipos grandes, que nos han castigado bastante, y es hora de cambiar esa racha y sacar los tres puntos». «Estamos con las ganas de entrar en Europa -añadió-. El año pasado lo tuvimos cerca y al final no pudo ser y este año vamos a por todas. Y en casa estamos fuertes, pero nos está faltando lo de fuera», asumió el eibarrés.

En Donostia tampoco falta el día en que se recuerde lo especial de la cita. Y no sólo para los equipos. «Es un día bonito desde la mañana -destacaba ayer Mikel Aranburu-. Las dos aficiones se juntan en la calle y disfrutan de un día muy bonito. Creo que es algo que hay que resaltar, porque en todo el mundo hay muchos derbis, pero seguramente habrá muy pocos en los que las dos aficiones se junten y disfruten como lo hacen en Donosti o Bilbo».

En el plano deportivo, el capitán txuriurdin no se mete a quinielista, pero sí augura «un partido de mucha tensión, con los dos equipos yendo a muerte a por cada balón».

Siguen las dudas

En el plano puramente deportivo, Paco Sutil y Raúl Tamudo siguen con sus respectivos procesos de recuperación, aunque todo parece indicar que el catalán estará en condiciones de disputar el derbi. El equipo, como ya lo hiciera ayer, volverá a trabajar a puerta cerrada.

También lo hará, en San Mamés, un Athletic en el que las dudas se centran en la banda izquierda. Igor Gabilondo y Koikili siguen trabajando al margen del grupo, con lo que Joaquín Caparrós deberá seguir esperando para saber si puede contar con ellos. Sí se reintegró ayer al trabajo Xabi Castillo, que la víspera no acudió a Lezama, al encontrarse declarando tras haber dado positivo en un control de alcoholemia.