Al menos 40 personas murieron y varias decenas resultaron heridas ayer en un gran incendio forestal cerca de Haifa, en el norte de Israel, según informó el Magen David Adom, el servicio de emergencias y ambulancias israelí.

Los fallecidos son todos funcionarios de prisiones que viajaban en un autobús que ardió tras quedar atrapado por el fuego. Otros diez sobrevivieron, tres de ellos heridos de gravedad. También resultaron heridos varios bomberos y miembros de los equipos de rescate.

El fuego, que se extendió rápidamente a causa del viento y afectó a varias decenas de kilómetros cuadrados de bosque, cortó el suministro eléctrico en gran parte de la zona afectada y llenó Haifa de humo. Cinco helicópteros militares se trasladaron al lugar para evacuar a los vecinos.

Un bombero declaró al diario «Yedioth Ahronoth»: «Vimos cómo se incendiaba el autobús. Decenas de víctimas se han quemado, ha sido horrible. Y todo ha ocurrido porque no se ha controlado el fuego».

La Policía intentaba determinar si el incendio se originó en un vertedero ilegal.