En inglés, el término que se utiliza para hablar de ventisca es Blizzard. Se trata de una palabra originaria de América del Norte, cuyo uso se ha extendido a otras regiones para referirse a un viento violento y muy frío, cargado de nieve, una parte de la cual ha debido se levantada del suelo (puesta en movimiento de copos caídos con anterioridad).

Para que se hable de Blizzard los vientos tienen que llegar a ser de 55 k/h o más, la caída de la nieve reducir la visibilidad a 300 metros o menos y todo ello durante un período de tiempo de al menos unas tres horas. Si el aire llega a moverse a una velocidad superior a los 72 k/h la ventisca es severa y los copos en movimiento generan una especie de cortina blanca que reduce la visibilidad a cero. Este temido fenómeno se conoce en argentina como Viento Blanco.

Verse atrapado en una situación de este tipo supone que el desplazamiento se ralentiza por la falta de visibilidad, que la escucha y el rescate se dificultan por el propio rugido del viento y que se puede caer en hipotermia porque la sensación térmica se desploma. En montaña la cosa se agrava con la posibilidad de que se produzcan avalanchas. Y si la ola de frío es suficientemente importante estas duras condiciones llegan a cotas más bajas.