«Caracremada» es una película alternativa en todos los sentidos, tanto por su estilo experimental como por su compromiso ideológico. Producida por Paco Poch y la Associació Cultural Passos Largos, nace como una obra autogestionada en la comarca de Berguedá, tan profundamente ligada a la memoria histórica de Ramón Vila Capdevila, el último maquis de Catalunya.

Lluís Galter ha hecho una arriesgada ópera prima que pretende plasmar la íntima comunión entre el resistente y el entorno natural que le sirvió de refugio. Para ello se decanta por un estilo contemplativo, que prima las acciones del protagonista sobre el discurso, renunciando a los diálogos. Al prescindir de la palabra y acercarse al cine mudo, salvo por la utilización de los sonidos de ambiente como vehículo realista, consigue un efecto naturalista que transmite toda la verdad histórica que se quiere rescatar.

Experto en explosivos

La película se centra en el periodo situado entre 1952 y 1963, durante el que Ramón Vila optó por continuar con la lucha armada en solitario, una vez que la CNT declarara la retirada de los activistas libertarios que quedaban en el monte. Vila, al que su apodo le venía por las cicatrices que le quedaron de un incendio durante su infancia en la humilde vivienda familiar, continuó por su cuenta y riesgo con los sabotajes a las torres de alta tensión y demás instalaciones de suministro eléctrico. Era un experto en explosivos, formando en la Resistencia durante la II Guerra Mundial, a partir de su huída del campo de concetración de Argelès. A la guerrilla en Catalunya se había incorporado en 1945, justo al final de la contienda.