«Los `squats' fueron algo inaudito; no podíamos concebir algo así en USA»
Iker BARANDIARAN | DONOSTIA
Los hermanos Mark, Adam y Shawn Stern forman Youth Brigade en el verano de 1980 en Hollywood, Los Ángeles, al tiempo que crean BYO (Better Youth Organization), su propio sello discográfico. Desde el inicio destacan por su idealismo y pensamiento: «Ser joven es tener una actitud, no tener una edad determinada». “Sound of fury” fue su disco debut, grabado en 1983, un álbum punk de cabecera. La banda de Arrasate RIP compartió escenario con ellos en 1984 en Barcelona. En nuestra escena, Youth Brigade popularizaron canciones como “Sink with California” (En California no hay Guardia Civil). Además, Shawn Stern dirige Better Youth Organization, su propio sello discográfico.
Youth Brigade fue una de las primeras bandas en cruzar el charco y hacer una gira DIY (Do it Yourself) por Europa, ¿cómo lo recuerda?
Giramos en 1984 y fue increíble. Conocimos a un montón de gente interesantísima y vimos que muchas cosas que estábamos haciendo y peleando en Los Ángeles. también las estaban impulsando en Europa un montón de punks comprometidos. Y los squats fueron algo inaudito para nosotros; no podíamos concebir algo así en USA.
No es habitual que tres hermanos formen y compartan una banda. ¿Qué tipo de educación recibieron?
Nuestra familia vivió en Canadá hasta que yo cumplí diez años y nos trasladamos a Los Ángeles. Poco más tarde, nuestros padres se separaron y nuestra madre tuvo mucho trabajo para sacar adelante a cuatro chavales. Así que estuvimos muy poco controlados y, a su vez, más unidos. Por eso se nos ocurrió hacer una banda juntos. Además, nuestro padre y el abuelo paterno siempre nos animaron a aprender y tocar música y a pensar por nuestra cuenta.
Es muy poco conocido que varios de sus hermanos crearon la banda Royal Crown Revue.
Yo no me involucré en ello, pero sí lo hicieron Mark, Adam y también Jamie, el más pequeño. BYO publicó su primer disco. Creo que fue un logro desarrollar una nueva escena Do It Yourself con esta banda de estilo tan vintage. Más tarde, hubo disparidad de opiniones y mis hermanos salieron del proyecto.
Opino que «Sound of Fury» es un disco que no ha envejecido. ¿Cómo recuerda su concepción?
¡Gracias! Estoy muy orgulloso de él y pienso que cuando lo hicimos ya pensábamos que iba a ser un buen trabajo. Creo que ese disco ha pasado la prueba del tiempo satisfactoriamente y que sigue siendo un clásico, aunque no sea tan famoso como el de otras bandas en su debut; pero eso no importa, porque nunca hemos hecho música para hacernos famosos.
¿Con qué objetivo crearon BYO (Better Youth Organization)?
Éramos jóvenes punks idealistas, cansados de que los medios nos bombardearan con los aspectos negativos del punk-rock. Sentíamos que había un montón de cosas positivas en lo que hacíamos. Por eso creamos nuestra propia escena desde la que organizar cosas y promover conciertos. Realizamos la gira “Another state of mind” (junto a Social Distortion y Minor Threat), que terminó siendo un documental, pusimos en marcha el sello discográfico BYO y giramos por Europa en 1984. No teníamos un plan preparado, pero los proyectos fueron surgiendo y fuimos aprendiendo sobre la marcha. Y aquí seguimos 30 años más tarde, por lo tanto, hemos debido de hacer algo bien.
¿Aún cree que se puede cambiar el mundo?
Sí. Ha sido cambiado en el pasado, por lo que puede volverse a hacer. Tenemos que hacer día a día lo que está en nuestra mano: intentar no ser consumistas, pelear por mejorar el ámbito social, medioambiental, paz, justicia... Prefiero un cambio pacífico, pero a veces la fuerza es necesaria para que el poder dé su brazo a torcer. Hay muchos ejemplos: el fin del Apartheid, el derrumbamiento de la URSS, el fin del muro de Berlín, la irrupción de gobiernos izquierdistas en Venezuela y en varios países de Sudamérica, el proceso de paz en Irlanda… Desgraciadamente, las canciones que escribí en los ochenta siguen vigentes y, posiblemente, el mundo esté aún peor.