REPRESIÓN POLICIAL EN IRUÑERRIA
Un vídeo prueba que la carga de Donibane fue arbitraria
Un vecino de Donibane grabó con un móvil la «salvaje» carga de la Policía española contra un acto de bienvenida a dos jóvenes del barrio que han pasado dos años en prisión preventiva. Las imágenes muestran cómo, sin motivo alguno, los agentes disparan pelotazos y empiezan a golpear a los reunidos, ensañándose en particular con la viuda de Ángel Berrueta.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
La Policía española cargó el viernes pasado contra varias decenas de vecinos de Donibane que daban la bienvenida a Araitz Amatria y Sergio Boada, que habían recuperado su libertad después de pasar dos años en prisión preventiva. Tras disparar una pelota de goma al aire, los agentes con equipación antidisturbios arremetieron contra los reunidos lesionando a 15 personas, tres de las cuales requirieron de atención hospitalaria.
Vecinos del barrio iruindarra mostraron ayer un vídeo en el que se recoge la secuencia de la actuación policial. Patxi Rei explicó que el recibimiento a Amatria y Boada «no se realizó a escondidas y fue anunciado públicamente». De hecho, el acto transcurría con normalidad y en el vídeo se aprecia cómo, después del aurresku y sin mediar provocación alguna, el disparo de un agente desata una carga que fue calificada como «brutal» y «salvaje» por los vecinos. En la rueda de prensa en la que se mostró la prueba del ensañamiento policial con el barrio, varios vecinos portaban fotos con los moratones de los porrazos y las pelotas de goma.
Agresión a la viuda de Berrueta
Según relató Rei, mientras los dantzaris aún bailaban el aurresku, la Policía española procedió a identificar a los dos ex presos y luego a quienes portaban carteles con fotografías de familiares de represaliados. Entre las personas a las que se requirió la documentación se encontraba la viuda de Ángel Berrueta, María Carmen Mañas.
Precisamente, en cuanto sacaron las porras, los policías fueron a por Mañas. Fue acorralada entre tres o cuatro agentes que le golpearon en la nuca, en la pierna, en el brazo y en la mano. «No pensé que cargarían. Eran dos jóvenes que habían pasado dos años en la cárcel y habían salido libres y sin condena. No había ningún motivo. Les íbamos a regalar unas flores», explicó la viuda de Berrueta, que tiene 64 años. Dos vecinos lograron detener la agresión protegiéndola con sus cuerpos.
Mañas afirmó que le salvó de unas lesiones más graves el frío, porque «iba forrada de ropa hasta arriba». La agredida fue tajante: «Les di mi carné. Me reconocieron». Los vecinos de Donibane denuncian desde hace tiempo que la Policía se ensaña en particular con la familia de Berrueta, que cayó muerto por un disparo de un agente de la Policía española tras los atentados del 11-M.
Las personas que sufrieron lesiones durante la carga anunciaron que emprenderán acciones judiciales contra los miembros de la Policía española. En este sentido, la existencia de un vídeo en el que se refleja el inicio de la carga supone un avance probatorio. Además, cuentan con partes de lesiones y fotografías que reflejan la dureza con la que actuaron los agentes.
Críticas a la prisión preventiva
El movimiento pro amnistía denunció el abuso que realiza el Estado español del encarcelamiento preventivo y presentó a Amatria y Boada como dos víctimas de esta fórmula de represión. «En este momento hay decenas de navarros y navarras que se encuentran en situación de prisión preventiva, salpicados por las mazmorras del Estado y en la más completa indefensión», señalaron. Además, se recordó que a estas personas se les cuelga la etiqueta de «presuntos terroristas» sin respetarse su derecho a la presunción de inocencia.
El caso de Araitz Amatria reviste más gravedad si cabe, en tanto que esta joven denunció haber sido «torturada, vejada y amenazada para lograr una autoinculpación». Boada también ha relatado presiones y maltratos con el objetivo de conseguir una confesión de culpabilidad».
Es en este contexto de recibimiento a unos jóvenes que han estado dos años en la cárcel, y han sido maltratados sin una sentencia de por medio, donde el movimiento pro amnistía enclava la carga policial del pasado viernes. «La Policía reventó el acto sin ninguna justificación, apaleó cobarde e indiscriminadamente a las personas que huían de aquella salvajada y también a otras que andaban por allí. Fue una agresión totalmente gratuita: pegar por pegar».
Sergio Boada y Araitz Amatria, tras dos años en prisión preventiva, fueron juzgados hace unas semanas y el juez decretó su libertad a la espera de sentencia. Amatria denunció vejaciones y torturas para conseguir una confesión.
El movimiento pro amnistía emplazó al Gobierno español a que se «atreva a confrontar democráticamente» y a que cese su campaña de «violencia permanente» contra el independentismo en Euskal Herria.
Oier Martínez del Campo fue encarcelado en Martutene el pasado 25 de noviembre. Fue arrestado en una operación de la Ertzaintza hace ocho años, junto con otros jóvenes. Tras pasar seis meses en prisión preventiva, el gasteiztarra salió libre a la espera de juicio. La vista oral, finalmente, se celebró este año y el fiscal solicitó para él una condena de cinco años de prisión. Sin embargo, el juez fue un paso más allá y le impuso una pena de cinco años y seis meses. Actualmemte, se encuentra en la cárcel de Martutene para cumplir los cinco años que le quedan, después de estar ya seis meses como preso preventivo. Por los presos, 90 personas se movilizaron ayer en Burlata. GARA