Dios me libre de hacer apología del doping en estas pocas líneas, pero el tema ya empieza a cansar un poco. Si hay gente que anda jugando con la salud de los demás, que la quiten de en medio. De acuerdo. Si hay deportistas que no juegan limpio, lo mismo. Pero a uno ya le empieza a oler a podrido que las «grandes operaciones» vayan siempre por el mismo sendero. Grandes titulares para todo affaire que salpique al ciclismo y al atletismo, y hermetismo total en otras disciplinas más «populares» entre la gente. Y es que debo ser el único al que le parece raro que no haya (casi) ningún positivo, por ejemplo, en el fútbol o en el baloncesto. Y el único que se pregunta si no hay en el Estado español ningún futbolista o tenista, por poner dos ejemplos, que se haya visto tentado a recurrir a sustancias prohibidas para correr más rápido, aguantar mejor el cansancio físico y, en definitiva, ganar más competiciones. No, por lo visto en las «operaciones» de la Guardia Civil, eso sólo lo hacen los ciclistas y los atletas. Pero, ¿qué se puede esperar de los mismos que montaron aquella patraña de la Operación Puerto? Nos tuvieron semanas y semanas viendo las mismas imágenes de unas bolsas de sangre, impactantes eso sí, y de allí a un año todavía no se sabía a ciencia cierta de quién era cada una. ¿Se ha aclarado alguien de si Valverde estaba o no estaba? ¿Eran todas de ciclistas? Si había unas 200 bolsas, ¿por qué salieron sólo una treintena de nombres? Chapuzas... y para los de siempre.