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El disidente perdonado por Pekín

«El último bailarín de Mao»

El veterano cineasta australiano Bruce Beresford saca adelante un típico biopic de encargo, basado en el libro de memorias escrito por el bailarín chino Li Cunxin, huido a los Estados Unidos hace cuatro décadas.

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M. I. | DONOSTIA

El retraso en el estreno de «El último bailarín de Mao» ha venido a coincidir con un momento muy propicio, justo cuando el tema de la disidencia china ha vuelto a saltar a la actualidad internacional por la concesión del Premio Nobel de la Paz al opositor Liu Xiaobo. El caso del bailarín Li Cunxin es distinto, porque está dentro de la lista de artistas famosos perdonados por el régimen de Pekín, y a los que se les permite volver a su país. La película, basada en el libro autobiográfico homónimo de Cunxin nos cuenta eso, pues se centra en los años 70, la época en que el protagonista decidió exiliarse en los Estados Unidos.

Fue entonces también cuando se iniciaba en el cine profesional el australiano Bruce Beresford, que de forma paralela emigró a Hollywood. Ha debido ser la razón por la cual han puesto en sus manos 25 millones de dólares de presupuesto para dirigir esta adaptación tan pegada a los tópicos del biopic. La cuestión es que, al igual que tantos de sus colegas australianos, Bruce Beresford las películas personales las ha hecho en su país, mientras que en Hollywood ha seguido una línea comercial. Un desdoblamiento que marca la abismal diferencia existente en la comprometida «Consejo de guerra» y la oscarizada «Paseando a Miss Daisy».

Por supuesto que «El último bailarín de Mao» pertenece al segundo grupo, y el trabajo del veterano cineasta consiste en desarrollar la parte melodramática del relato basado en hechos reales, consiguiendo emocionar al espectador. Supone una decantación por la historia individual de superación, aunque con la obvia dificultad de no poder disimular el trasfondo politizado de un planteamiento claramente occidentalista. En tal sentido, la elección de la actriz Joan Chen para el rol materno no es casual, pues expresa en primera persona el dolor de la separación familiar, que a ella también le tocó vivir como hija cuando hizo las maletas para consagrarse a su carrera internacional. En cambio, para completar el personaje protagónico de Li Cunxin, son necesarios tres intérpres que cubren las etapas de la infancia, adolescencia y juventud. Un proceso cronológico que desemboca en el estelar Chi Cao, bailarín del Birmingham Royal Ballet, descubierto a resultas de un interminable casting.

Estreno

Dirección: Bruce Beresford.

Guión: Jan Sardi, sobre el libro autobiográfico de Li Cunxin.

Producción: Jane Scott.

Intérpretes: Chi Cao, Joan Chen, Bruce Greenwood, Amanda Schull, Kyle MacLachlan.

Fotografía: Peter James.

Música: Christopher Gordon.

País: EE.UU., 2009.

Duración: 117 minutos.

Género: Biopic.

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