Entre las reglas de oro del periodismo se cuenta la de no mezclar nunca información con opinión y menos aún con especulación. Eso vale en todos los casos salvo, al parecer, si de informar sobre ETA se trata. Ayer en «La Razón» contábamos con una muestra preciosa de combinación de todo ello que convertía algo de apariencia informativa en una birria birriosísima.

El «especialista» J.M. Zuloaga abría su pieza con un aserto un tanto sorprendente: «El Estado de Alarma y la atención mediática que conlleva no parecen haber disuadido a ETA de sus planes de dar a conocer un comunicado antes de que finalice el año». ¡Qué tendrán que ver las churras con las merinas!

Luego aplica la vieja técnica de decir una cosa y su contraria. Así siempre acertará: «Expertos antiterroristas aseguran que el anuncio de la banda se podría producir durante este mismo fin de semana a través de un medio de comunicación internacional (...) Sin embargo, nadie asegura al cien por cien que vaya a ser así y algunos observadores hablan del mes de enero». O sea, si tiene barba, San Antón y si no, la Purísima Concepción.

Pero, por si acaso, el «especialista» insiste en que siempre acierta: «La declaración del Estado de Alarma, tal y como adelantó «La Razón» días pasados, habría llevado a ETA a retrasar la publicación del comunicado». Ya ven que el tío es persistente.

Y a tamaño cúmulo de vaguedades le suma ahora un ejercicio de futurología y prospección sociológica: «La opinión pública española acogería, y seguro que lo hará este fin de semana, si los terroristas se empeñan en hacer público su anuncio, con absoluto desinterés lo que puedan decir los pistoleros».

Pero Zuloaga no se conforma con adelantar cómo reaccionará la opinión pública española. También opina sobre lo que va a suceder: «Los etarras, encerrados en su mundo y en los mensajes que le llegan de su entramado y de los `mediadores', viven ajenos a la realidad. Piensan, de forma equivocada, que tienen el protagonismo de otros momentos; y pueden marcar el ritmo de los acontecimientos. La realidad les espera a la vuelta de la esquina». Pues tengo para mí que algún día de éstos la realidad le va a dar un disgusto al «especialista». ¿De qué escribirá en el futuro?