OLASO
Prueba
Grande-Marlaska, al servicio de la estrategia de la provocación diseñada por Pérez Rubalcaba y Ares, ha vuelto a recurrir a la fuerza bruta para domeñar a los jóvenes independentistas y torcer la estrategia de la izquierda abertzale. La mejor prueba de la eficacia de esa estrategia es, precisamente, la reacción violenta de un Estado que siente que sus falsas bases pueden desmoronarse ante el empuje de la voluntad popular.