En raras ocasiones la escena musical sorprende con un cuaderno de canciones que no esperas por diferentes motivos. Uno de ellos, por ejemplo, puede ser porque las referencias que llegan del grupo es que son de Barakaldo, donde el estereotipo nos dice que todas las bandas deben de ser o jevis o punkis.

Gaua Project nos cuenta que vivimos en el siglo XXI, que la vida es cambio y que los artistas son más dúctiles que en un pasado, por acumulación de cultura o por simple inquietud. Así que nos proponen diez canciones de pop bailable donde las programaciones se combinan imaginativamente con las guitarras y donde las melodías y estribillos aun convierten el debut en un trabajo más asequible y, a la par, inspirado.

Gaua Project es la idea de Jon Asier Zubelzu y Jona Parra, quienes llevan juntos desde los catorce años enredando con la música. En 2010 son dos músicos experimentados que pueden contar decenas de batallitas con grupos como Apurtzen, Izotzen Gaua (junto a David Nanclares e Iñaki Ramos) o acompañando, entre otros, a Txuma Murugarren tanto al frente de Sasoi Ilunak como en su carrera en solitario, caso de Jona.

Asier es un poco un hombre máquina, le apasiona la experimentación, las posibilidades de un estudio, los bancos de sonido, la sonoridad de las cosas y los hechos. Le da vueltas y vueltas a los sonidos y sus posibilidades, «aquí hay canciones que tienen más de sesenta pistas», nos comenta, así que bien se puede confiar en el acabado de este proyecto que mezcla con talento pop, dance, tecno, rock, melodía y entusiasmo a partes iguales. O casi, porque habría que añadir el esmerado cuidado que han puesto tanto en las letras y lo que cuentan como en la propia fonética de cada palabra: «'Bat' no es un disco pensado ni preparado para triunfar en la música ni en los medios, pero sí marcamos un objetivo cuando decidimos empezar a trabajar: echar un cable a la música euskaldun, demostrar que el euskera es un idioma perfecto para crear melodías de voz que pueden gustar en cualquier lugar del planeta (hay muchos japoneses y americanos que se han bajado nuestras canciones de Myspace), y ser libres para hacer lo que nos diera la gana, sin limitaciones. Somos muy escrupulosos cuando decidimos qué palabra y cómo se ha de meter en el punto de inflexión de un estribillo, no nos gustan los golpes de una silaba que puede restar protagonismo a la melodía de un estribillo, aunque a veces rocemos el error. Es un trabajo muy costoso, la obsesión por querer decir algo concreto y que suene bien en nuestros pequeños cerebros agota, pero el resultado a nuestro entender es espectacular», precisa un entusiasmado y positivista Asier.

Dos en uno

Asier y Jonan son amigos. Su preparación musical cuenta con muchos puntos en común, pero cada uno posee su visión de la música y el fin de una canción, por lo que, en realidad, son un complemento. «Jona es una persona que busca la innovación y a la vez es una esponja, absorbe todo aquello que oye. Quizá el secreto de Gaua Project sea que somos como la noche y el día, aunque nos respetamos mucho como músicos cuando estamos trabajando. Jona es muy creativo haciendo arreglos, y más con una guitarra en la mano, en cambio yo soy más matemático, necesito tener todo ordenado en mi mente. Con todo, por curioso que parezca, no hemos encontrado aún un punto en el que discrepemos cuando hablamos de música», explica un inquieto Asier Zubelzu.

Mientras tanto, las cosas van caminando firmes y sin pausa tras el cercano debut: la respuesta rápida de una discográfica, miles de visitas en el myspace, televisión, videoclip, un excelente equipo de diseño, buenas apreciaciones... Sólo cabe esperar que suenen en radio, les sobran canciones («Neurean pentsakor», «Esanda?!... Lo», «Goiza»...) y que puedan presentarlo en directo.