EEUU habla de logros frente a los talibanes pero admite que son «frágiles y reversibles»
La revisión realizada por la Casa Blanca de su estrategia de guerra en Afganistán habla de avances por parte de las fuerzas ocupantes en la lucha contra los talibanes y contra Al-Qaeda, pero advierte de que esos logros son «frágiles y reversibles». Indica que se está en camino de poder cumplir la promesa de Obama de retirar a sus tropas a partir de julio, pero EEUU ha atemperado su optimismo sobre la lucha contra la corrupción en Afganistán y contra los refugios talibanes en Pakistán.
GARA |
El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ayer que la guerra en Afganistán «continúa siendo una empresa muy difícil», pero aseguró que «nos encontramos encaminados para lograr nuestras metas» de acabar con los talibanes y con Al-Qaeda y que la retirada de las tropas estadounidenses del país centroasiático podrá comenzar en julio de 2011. Admitió que la derrota de Al-Qaeda, «un enemigo sin escrúpulos y fuerte, decidido a atacar a nuestro país», llevará más tiempo del esperado, pero prometió un fuerte compromiso de los EEUU para lograr este objetivo.
Obama hablaba así al presentar la revisión anual de la estrategia para Afganistán, que concluye que se han logrado «frágiles» progresos en algunas zonas pero es posible comenzar el próximo julio la retirada gradual de las tropas de EEUU.
El presidente estadounidense confirmó este extremo al indicar que EEUU comenzará «una nueva fase» de la guerra en julio del año próximo, cuando las fuerzas afganas comenzarán a hacerse cargo de su propia seguridad y las tropas de EEUU podrán empezar el regreso a su país, informó Efe.
«Llevará tiempo derrotarla»
Se han logrado progresos en la seguridad y en la lucha contra la red terrorista Al-Qaeda, aseguró Obama, quien precisó que si bien «llevará tiempo derrotarla, seguiremos tratando sin descanso de desmantelarla».
Hoy día, declaró, «es más difícil para Al-Qaeda viajar, reclutar, adiestrar, planear o perpetrar ataques».
Otro aspecto clave de la revisión, explicó Obama, «confirma la necesidad urgente de un desarrollo político y económico en Afganistán», algo a lo que EEUU se encuentra «completamente comprometido».
Expresó también su compromiso con la relación con Pakistán, un aliado clave en la guerra en Afganistán. El informe hecho público ayer, que fue entregado a los presidentes de Afganistán, Hamid Karzai, y de Pakistán, Asif Zardari, estipula que para consolidar los logros de seguridad alcanzados hasta ahora es imprescindible que desaparezcan los refugios con los que cuentan los insurgentes en las áreas tribales fronterizas en Pakistán.
Según Obama, «damos la bienvenida a las grandes ofensivas paquistaníes en las áreas tribales» pero «seguiremos insistiendo en que hay que atajar esos refugios», porque EEUU considera que los progresos de Islamabad en ese sentido no han sido «lo suficientemente rápidos». En el documento se constata que se han hecho progresos «sustanciales pero también irregulares».
«Duraderos y sostenibles»
El sumario distribuido ayer por la Casa Blanca, de cinco páginas -el resto del informe está clasificado-, considera que aunque se han obtenido logros, «el problema sigue siendo lograr que nuestros avances sean duraderos y sostenibles».
La mayor parte de los progresos contra los talibanes se produce en el sur de Afganistán, en particular en las provincias de Helmand y de Kandahar, otrora sólidos feudos talibanes.
Ello permite considerar que la estrategia, cuyo aspecto militar se encarga de poner en marcha el general David Petraeus, comandante de las tropas de EEUU y la OTAN en Afganistán, «crea las condiciones para que comience en julio de 2011» la retirada de las tropas internacionales, según el documento.
«El ímpetu que los talibanes habían logrado en años recientes se ha detenido en gran parte del país y se ha revertido en algunas áreas clave», se destaca en el texto, que no obstante subraya que «estos progresos siguen siendo frágiles y pueden volverse en contra».
La revisión tenía como objeto analizar la estrategia que Obama aprobó en noviembre del año pasado y determinar qué áreas tienen éxito y en cuáles hay que aplicar cambios o poner más el énfasis.
El presidente estadounidense terminó de examinar la revisión el martes en una reunión con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca, donde se rindió homenaje al enviado de EEUU para Pakistán y Afganistán, Richard Holbrooke, encargado de poner en marcha el aspecto civil de la estrategia y que falleció por un desgarro de aorta el pasado lunes.
Actualmente, hay en Afganistán unos 100.000 soldados estadounidenses -30.000 más que hace un año- y unos 30.000 de la OTAN y otros aliados de Washington, integrados en la Fuerza Internacional (ISAF).
La Eurocámara criticó ayer los «errores de apreciación» de las tropas ocupantes en Afganistán por «infravalorar» a los talibanes y «sobreestimar» la capacidad del Gobierno de Kabul para garantizar la seguridad, e instó a la UE a elaborar una nueva estrategia en colaboración con Kabul que incluya negociar con los talibanes.