No se puede negar que se ha instalado en la sociedad vasca la expectativa por lo que pueda decir ETA en relación a la Declaración de Bruselas y el Acuerdo de Gernika. Y a algunos les empiezan a traicionar los nervios y dejan al descubierto sus verdaderas preocupaciones, desnudan sus miedos mediante la traición de sus inconscientes.

Además, las tratan de maquillar con el término genérico de «violencia».

Javier Zarzalejos, que acudió a entrevistarse con ETA en Zurich por mandato de Aznar, aseguraba ayer en «La Gaceta» que «está por investigar qué clase de alucinación colectiva nos lleva a seguir alimentando la expectativa en un comunicado del que todos hablan, excepto ETA, que es la que se supone que tiene que emitirlo».

Zarzalejos daba por sentado que «ETA no va a asumir su desaparición ni va a desmentir su trayectoria criminal, ni va a renunciar por voluntad propia ni por la conveniencia de sus cómplices a la negociación política como exigencia que acompañe a cualquier movimiento de la banda». O sea, que no hay que hablar de ningún comunicado y Zarzalejos nos dice qué es lo que va a decir. No me digan que no es paradójico.

Pero lo que en realidad inquieta al articulista es lo que hay detrás de todo lo que se está cociendo: «ETA y la violencia terrorista sigue formando parte de la ecuación política de la izquierda abertzale. Su proyecto político es el que ETA ha definido y lidera». Ahí está la madre del cordero, en el proyecto político de los independentistas.

Y por eso Zarzalejos busca su deslegitimación: «Otegi y los suyos dicen ahora querer defender su proyecto político por medios pacíficos, como si todo lo que se defiende por medios pacíficos -por ejemplo, la negación del Holocausto, la supremacía de la raza blanca o la inferioridad de la mujer- fuese legítimo, legal y admisible en el juego democrático».

Zarzalejos ha ido demasiado lejos: el proyecto político de la izquierda abertzale es independentista y socialista. Materializarlo pasa por la autodeterminación, que sí está admitida... por la ONU.

Un ejemplo.