Es una historia que se repite. Cuando nadie los espera, cuando nadie quiere que aparezcan, los Spurs de San Antonio se llevan un nuevo anillo. Este año vuelven a alinearse las estrellas para poner en el punto de mira a los tejanos.

Comienza 2011, año impar, como en las cuatro ocasiones que la franquicia de San Antonio ha logrado el anillo (1999, 2003, 2005 y 2007). Por si fuera poco, la NBA está inmersa en un ciclo de títulos de Los Angeles Lakers. A 1999 se llegaba tras tres anillos consecutivos de los míticos Bulls de Michael Jordan. En 2003, los Spurs rompían la racha de tres campeonatos consecutivos de los Lakers de Kobe Bryant, Shaquille O'Neal y el triángulo ofensivo de Phil Jackson. Esta temporada, tras otros dos anillos consecutivos para Lakers, Tim Duncan y los suyos vuelven a amenazar a la NBA.

Porque a David Stern y su séquito de hombres de negocios no les interesan los Spurs en la próxima final de la NBA. Ni por mercado ni por posibilidades de vender más ni por juego. Nunca interesaron y será difícil que interesen tanto en el presente como en el futuro.

El mercado potencial e inmediato de los Spurs se reduce a dos millones de personas concentradas en el área metropolitana de San Antonio. El dato palidece ante Boston (4,5 millones) y Miami (5,5) y queda eclipsado por Los Angeles (15) o Nueva York (19). De hecho, en el Oeste los Lakers son la única opción posible para que las finales de la NBA generen y no caigan.

Duncan no es LeBron James ni Kobe Bryant ni siquiera Amare Stoudemire. Duncan es una estrella pero su capacidad de generar beneficios se encuentra a años luz de los citados. Los Spurs tampoco son una franquicia con la solera de Lakers, Celtics o Knicks y pese a ser más antigua que la de Miami, está lejos de levantar pasiones entre las audiencias yankees.

Por si fuera poco, el baloncesto que desarrolla la franquicia tejana tampoco llama al optimismo. Con Greg Popovich en el banquillo y su inflexible visión del juego, el espectáculo no va a brillar demasiado. Pese al gran trío formado por Duncan, Manu Ginobili y Tony Parker, pese a secundarios de lujo como Richard Jefferson, DeJuan Blair, Tiago Splitter y Antonio McDyess, los Spurs nunca han entretenido a las masas.

Otro dato que seguro que hace temblar a la NBA es que los Spurs están en progresión de lograr un balance final de 72 victorias y 10 derrotas. Esto es, un 87% de victorias. Teniendo en cuenta que en las temporadas en las que los tejanos lograron el anillo se movieron entre el 70 y el 74% de victorias, el escalofrío se convierte en una tormenta de hielo.

La NBA y las televisiones estadounidenses tiemblan de nuevo. Cuando se frotaban las manos ante una posible final entre Kobe y LeBron, aparecen los Spurs y lo ponen todo en peligro. Lo cierto es que ahora mismo San Antonio es el mejor equipo de la liga con casi cuatro partidos de diferencia sobre Boston y Miami, segundo y tercero. Y en el Oeste, en playoffs, es presumible que tampoco tendrán gran resistencia hasta un hipotético cruce con Los Angeles Lakers.

Visto lo visto, y si la historia se repite, los Spurs volverán a colarse en las finales sin ser bienvenidos.