El Athletic realizó un partido inmaculado el pasado 21 de diciembre en el Camp Nou, muy alejado de los que viene protagonizando en sus desplazamientos y que le convierte, de hecho, en uno de los pocos equipos que no ha salido derrotado del estadio blaugrana en los últimos tiempos. Un partido, en definitiva, que ha disparado la ilusión copera en Bilbo, pese a que el reto sigue siendo complicadísimo. A los rojiblancos, de hecho, ni siquiera les bastará con repetir mañana la actuación del choque de ida.

Es una cuestión de tamaño. De los centímetros, concretamente, de esa manta que a la mayoría de los equipos les sirve para taparse los pies o la cabeza, pero no ambos. En el Camp Nou, al Athletic le llegó para maniatar a su rival. En San Mamés deberá llegarle también para anotar, como mínimo, un gol. Es decir, que hay que dar señales de vida en la portería visitante, intentando evitar al mismo tiempo que Gorka Iraizoz sufra más de lo que lo hizo en la capital catalana.

Los rojiblancos asumen que esta vez no basta con robar balones y tapar huecos. «Defensivamente, la línea es la de la ida en el Camp Nou, conteniendo al Barça y estando bien juntitos. Pero en ataque hay que ir a por ellos, porque si les esperas durante otros noventa minutos, te van a acabar matando. Tenemos que salir a por ellos», reconocía ayer David López, subrayando la necesidad de «robarles el balón» y «hacer que sufran», jugando a lo que no están acostumbrados.

«Un empate a cero como el de la ida no vale», asumía igualmente Toquero, que cree que la clave pasa por potenciar la «intensidad» con la que encara el Athletic los partidos en San Mamés, aunque sin caer en «las prisas. El partido dura noventa minutos o incluso puede que más. No hay que tener ansiedad, es como si fuese un partido de Liga que hay que ganar».

Algo que comparte su compañero, aunque con matices. A David López tampoco le gusta la ansiedad, pero sí considera importantísimo marcar «un gol cuanto antes. Sabemos cómo es el Barcelona, que nos lo va a poner muy difícil y es posible que tengamos que meterle alguno más al final. Por eso es importante que marquemos primero y cuanto antes, mejor. Porque si nos adelantamos, ellos van a tener esa presión y va a haber más espacios», aseguró.

Por esa insuficiencia del empate, por la recuperación de algunos jugadores y la pérdida de otros, Joaquín Caparrós plantará un once diferente al que firmó las tablas en el Camp Nou. Con la presencia asegurada de de Koikili, Susaeta y Javi Martínez, que descansaron el domingo ante el Deportivo -aunque el eibarrés acabó disputando algunos minutos en la segunda parte-, el técnico recuperará también a su delantero de referencia, Fernando Llorente, ausente en el choque de ida. También se espera un acompañante más ofensivo que Ander Iturraspe, que actuó por detrás de Igor Martínez en Barcelona, para el pitxitxi rojiblanco. Podría ser el propio Igor, que tampoco jugó el domingo.

La defensa tampoco será la que arropó a Iraizoz en el estadio azulgrana. Se ha convertido, de hecho, en el gran quebradero de cabeza de Caparrós en las horas previas al choque. Y es que Mikel San José, expulsado con roja directa anteayer, no podrá enfrentarse al Barcelona. Y ahora mismo también parece improbable la presencia de Fernando Amorebieta, aquejado de una fuerte gripe desde el fin de semana. Ustaritz y Aitor Ocio, muy desafortunado en su última actuación, ante el Levante, serían así los únicos centrales disponibles. No es descartable, incluso, que Caparrós tire del filial -Borja Ekiza entrenó ayer con los mayores- para completar la convocatoria. Las dudas podrían disiparse esta tarde, tras el entrenamiento que efectuarán los rojiblancos (18.00) en Lezama.

Regalos en Lezama

Una sesión tras la que los jugadores repartirán entre los chavales asistentes pósters, balones y banderines, como agradecimiento a su «presencia constante» en Lezama.