El Baskonia actual tiene la consistencia de un flan, que se mantiene erguido y compacto si está aislado de cualquier contratiempo, pero que se desmorona al más mínimo roce. Así, está medianamente protegido en Zurbano, pero se desmonta en cuanto sale fuera y ayer dejó de ganar un partido que tampoco Estudiantes mereció sacar adelante. Y es que, pese a lagunas inexplicables, sumar hasta 18 pérdidas y fallar cuatro ataques consecutivos sin ni siquiera tirar a canasta en el minuto final, Brad Oleson tuvo sobre la bocina el tiro que le pudo dar el triunfo al Caja Laboral, que no entró, pero en el que debió haberse cobrado una falta que pudo cambiar el resultado final.

Fue un final loco a la altura de un partido lleno de altibajos, jugado a tirones y de baja calidad, en el que se impuso el menos malo. Lejos de ir ensamblando sus piezas, el Baskonia actual es más irregular que nunca: cuando el rebote no es un problema sino una ventaja, se suma un 22% en triples, cuando parece que Oleson va a más Logan desaparece alarmantemente, Huertas y Teletovic siguen sin sustitutos y ambos son jugadores de rachas, para lo bueno y para lo malo, y ni siquiera el patrón de los imposibles, San Emeterio, es capaz de anotar en todas las penetraciones, mucho menos tras jugar 35 minutos. El resultado es el consabido.

Montaña rusa

El partido comenzó con los dos equipos muy atascados en ataque. San Emeterio desde el exterior fue la excepción, pero las excesivas pérdidas acumuladas en el primer cuarto impidieron que los de Ivanovic se marcharan claramente en el marcador ante un rival sin ideas. De lo malo, los azulgranas al menos defendieron con cierto criterio y dureza y los primeros diez minutos acabaron con una renta de cinco puntos 12-17.

Sin embargo, el equipo se vino abajo incomprensiblemente en un segundo cuarto indigno, sobre todo en defensa. De repente, el Baskonia dejó de apretar, se convirtió en un coladero y el equipo que parecía incapaz apenas cinco minutos antes, anotó -salvo en dos- en todos los ataques que dispuso en este segundo parcial. Así, por mucho que Barac no tenía a nadie capaz de pararlo en la pintura, Estudiantes fue adquiriendo alegría en su juego y pegó un estirón que le dio diez puntos de ventaja al descanso. Pese a los continuos cambios de Ivanovic, el equipo siguió perdiendo balones tontos y llegando tarde a todas las defensas, y encajó un 15-4 de parcial en sólo cuatro minutos.

Afortunadamente, Casimiro volvió a recurrir a su quinteto inicial y entre Oleson y Mirza Teletovic, que en un día aciago en el tiro supo cobrarse muchas personales y puntos desde el tiro libre, consiguieron acercar al Baskonia en el marcador, empatando a 50 tras el único acierto del bosnio desde la línea de 6,75 en seis intentos.

Sergio Sánchez y Gabriel permitieron a los estudiantiles llevar ligeras ventajas en toda la parte final del choque, con el Baskonia limitándose prácticamente a que Teletovic forzara a Clark. En los minutos calientes y 72-70 en el marcador, Estudiantes notó mucho la presión de jugarse sus últimas opciones de Copa y Caner-Medley y Jasen fallaron hasta cuatro tiros libres consecutivos en el último minuto. Pero Baskonia, sin Barac fuera por faltas y nadie capaz de generarse sus canastas, se empeñó en hacerlo aún peor y cayó derrotado con justicia y estrépito.