Markel Irizar inicia mañana su viaje a Australia, donde comenzará el próximo domingo en la clásica previa al Tour Down Under un año especial por la confianza depositado en él por RadioShack. Su manager, Johan Bruyneel, le ha dado un calendario espectacular que incluye su presencia en el grupo que debe preparar el Tour, lo que supondría su debut en la prueba.

La forma de calibrar la confianza que un equipo tiene en un corredor es analizar su calendario. Y el del oñatiarra de este año es espectacular. RadioShack le ha pedido que renuncie a las clásicas del Norte y se centre en un programa que incluye las carreras más importantes.

Comenzará en el Tour Down Under, luego acudirá a una concentración del equipo en Mallorca, donde correrá dos días en la Challenge, seguirá en Andalucía, París Niza, San Remo, Gante, País Vasco, Amstel, Flecha, Lieja, Tour de California y Dauphiné. Si está bien, tiene muchas opciones de entrar en el equipo del Tour y en la segunda parte de la temporada participaría en la Vuelta. Un calendario parecido al de su amigo y compañero Haimar Zubeldia, aunque el usurbildarra no hará París Niza y comenzará en Murcia y Volta.

«Me siento valorado»

Es el programa con el que cualquier corredor soñaría y que tiene mayor mérito por tenerlo en un equipo del potencial de RadioShack. Por ello Markel Irizar destaca a GARA que «estoy muy contento y agradecido. Me he integrado muy bien en el equipo, confían bastante en mí y me trasmiten que están contentos conmigo. La mejor muestra es el calendario que me han puesto. Me siento valorado y quiero devolverles la confianza con esfuerzo, sacrificio y con resultados. No me imaginaba que tras un año en un equipo del nivel de RadioShack iba a encontrarme con este calendario».

Esto va a cambiar su planteamiento de la temporada: «Solía empezar bastante bien y este año, al tener los objetivos más retrasados, me han pedido que vaya más tranquilo. Aunque debute en Australia, me han quitado las clásicas del pavés y correré País Vasco por segunda vez. Disputé una, con Gorospe en Euskaltel. Tenía pensado pedir al equipo que me dejara correr en 2012 porque acaba en Oñati y se ha adelantado en un año».

Eso implicará renunciar a las clásicas de Flandes y Roubaix que tanto le gustan, pero está contento con el cambio y más tras la mala experiencia del pasado año: «Correr en casa también me motiva muchísimo, como las clásicas, pero la primera parte del año pasado se me complicó por caerme en ellas y además este año no tenemos a Steegmans, nuestro referente allí, y se apuesta por otras carreras. También volvemos al Giro y no se puede disputar todo».

Sobre sus opciones de debutar en el Tour prefiere ser cauto: «Tengo posibilidades, pero lo debe confirmar el equipo. Hay opciones y la idea es estar bien en California, ir a Dauphiné y ver allí quiénes acuden al Tour. Por lo menos estoy dentro de los posibles. Hasta ahora nunca he tenido ni la posibilidad. Ya veremos si ahora al llegar Hunter y McEwen los planteamientos cambian, pero el equipo me ha pedido que empiece tranquilo para estar bien en los dos objetivos gordos del equipo, California y el Tour».

Aunque llegó en una carrera modesta, le ha ayudado su victoria en el Tour du Poitou Charentes, donde fue quinto en la general, mismo resultado que logró en el Gran Premio de las Naciones contrarreloj y en una prueba austriaca. El oñatiarra subraya que «ganar siempre es importante. Había empezado a funcionar bien tras la primera parte, que fue nefasta, y el equipo confiaba en mí. Azevedo, que es mi director y me llama todas las semanas, me telefoneó tres días antes de la prueba para decirme que fuera al 100%, que confiaban en que podía hacerlo bien. Me faltaba un puntito de confianza y con la que me dieron gané y me salió bien la segunda parte de la temporada».